Por José
Eugenio Hoyos
La Renovación Carismática en muchos de sus objetivos desea
promover en sus feligreses los dones y carismas.
En muchas reuniones o eventos de los Carismáticos a nivel
nacional, regional o internacional piden que se regrese al primer amor: al Espíritu
Santo y a vivir a plenitud las promesas de Jesús.
Hay que entender que el mismo Dios no envía manifestaciones
espirituales a la fuerza o a pesar de la incredulidad.
Nuestro Dios es un Dios de abundancia por eso a cada Carismático
lógico que dependiendo de su fe, es el mismo Dios que va colocando y desarrollando
dones y carismas, pero si el Carismático o un Cristiano no le cree a Dios no confía
en Jesús absolutamente nada va a suceder en su vida.
¡Que te suceda según lo que has creído! (Mateo 8, 13)
Estos carismas y dones Carismáticos los encontramos en 1
Corintios 12, 4-12: “Hay diversidad de Carismas pero el Espíritu es el mismo;
diversidad de ministerios, pero es el mismo Dios que obra en todos. A cada cual
se le otorga la manifestación del Espíritu para provecho común, porque a uno se
le da por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de ciencia según el
mismo Espíritu; a otro fe, en el mismo Espíritu; a otro, don de interpretarlas.
Pero todas estas cosas las obra un mismo y único Espíritu. Distribuyendo las a
cada uno en particular según su voluntad. Pues del mismo modo que el cuerpo es
uno, aunque tiene muchos miembros, y todos los miembros del cuerpo, no obstante
su pluralidad, no forman más que un solo cuerpo, así también Cristo.”
Y cosas maravillosas, milagros, sanaciones, liberaciones y
conversiones están sucediendo a un pueblo que tiene fe y cree en el poder de
Cristo.
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