Por José
Eugenio Hoyos
Pero para vivir una verdadera celebración es necesario que
todos los Carismáticos nos unamos en oración y reconciliación los unos a otros
que dejamos nuestras rivalidades, envidias y opiniones negativas que hacen daño
a esta poderosa corriente de gracia que tantos beneficios a traído a nuestra
Iglesia y a nuestra comunidad de creyentes.
Acérquense a los pobres y necesitados para tocar en sus
cuerpos a la carne herida de Jesús. Busquen la unidad de la Renovación, porque
la unidad viene del Espíritu Santo. La división viene del demonio, escapen de
las luchas internas, por favor.
Ahora tenemos que poner en práctica las palabras de nuestro pontífice
y esforzarnos a vivir unidos en oración y en solidaridad con los enfermos y los
que se están quedando atrás en nuestra sociedad.
La Renovación Carismática está realizando una gran tarea
Evangelizadora de conversión en todos los rincones del mundo Cristiano.
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