Por José
Eugenio Hoyos
Con todo el respeto que merecen mis hermanos(as) que tienen
el don de la predicación en la Renovación Carismática (RCC) les sugiero que en
nuestras predicaciones hablemos con más frecuencia sobre el Sacramento de la Confesión
de la Reconciliación y mostremos más a nuestros feligreses la Misericordia del perdón
de Dios.
Muchas personas asisten a nuestros eventos, retiros y
seminarios de iniciación o de Vida en el Espíritu buscando sanación interior o tener un
encuentro personal con Cristo, pero desconocen que es a través del Sacramento
de la reconciliación donde recibimos esa sanación interior.
La “Sanación Interior” trata de heridas de la vida emocional.
Encontramos casos cuando estamos orando por los enfermos por ejemplo de depresión,
de estrés o de ansiedad de que muchos fueron heridos desde antes de su
nacimiento.
Algunos son capaces de oprimir heridas interiores, de
esconderlas sutilmente en nuestro subconsciente. Hay heridas interiores que
dificultan a los Carismáticos vivir con intensidad el Evangelio.
Es importante que el predicador Carismático haga énfasis en “La
Sanación Interior” que tiene como finalidad “Liberarnos” de todo Cristiano y
para todo Carismático el camino hacia la sanación, la salvación, la liberación
interior pasa primeramente por la fe.
El Carismático sobre todo cree en el amor que Dios le muestra
en la persona de Jesucristo (1 Juan 4 15-16) Esta fe en el amor de Dios debemos
expresarla en nuestras oraciones y alabanzas.
El amor de Dios es más grande que todo nuestro corazón (Juan
3,20) debemos pedir que el amor divino nos sane de raíz.
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