Por Kelvin
Saravia
La Iglesia y el mundo actual necesita con urgencia más
Sacerdotes predicadores Carismáticos, más laicos y más religiosos(as) que
prediquen el Evangelio de Cristo con convencimiento y fuerza.
Un Predicador Carismático Católico debe en todo momento ser
testimonio y ejemplo en el servicio y en la humildad para poder llevar el
mensaje de Dios a un mundo hambriento y sediento de la palabra de Dios a un
Predicador Carismático no debe hablar solo de su familia sino hablarle
directamente a la familia eclesial, llegar a los que todavía no han tenido un
encuentro personal con Jesús.
Los Predicadores Carismáticos son pieza fundamental en la conversión
de muchas personas ya que su tarea es quitarle almas al enemigo.
Un Predicador Carismático que no se alimenta de los
sacramentos de la penitencia y de la Eucaristía y que no participa activamente
en la Adoración al Santísimo será presa fácil de las tentaciones del desánimo y
de la división.
Debe estar en completa oración diaria, ser servicial y
someterse a la doctrina sana de la Iglesia Católica Dios le había dado a Pedro,
al resto de los Apóstoles y a algunos otros Cristianos el poder especial del Espíritu
Santo para sanar al enfermo (1COR 12:28-30)
Solamente un Apóstol podía pasar la sanación a otra persona
(Hechos 8:14-18).
Cada Predicador Carismático debe animar a sus oyentes a ser
parte de la cultura de Pentecostés y a que el pueblo de Dios se prepare para
recibir dones carismas y que cuando los reciban los ofrezcan como camino a la
santidad.
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