Por José
Eugenio Hoyos
A medida que la mayoría de los Católicos, los Carismáticos y
todo creyente que descubra en su vida espiritual que Dios ha puesto en su corazón
poderosos dones y carismas entonces va a aumentar su fe, va a enriquecer su
ministerio o su trabajo pastoral que esta realizando dentro de la Iglesia.
Te imaginas que si tu vida estuviera vacía, no tendrías las
mismas fuerzas para seguir trabajando en la propagación del Evangelio de Cristo.
El Espíritu Santo juega un papel importante en cada bautizado
dándole fuerzas, inteligencia y sobre todo creatividad pastoral.
Pero no todo dentro de nuestros ministerios es perfecto ni
color de rosa pues hay también muchos espíritus del mal que están al acecho
para desanimarnos y dañar todos nuestros proyectos y sueños. En pleno siglo XVI
sentimos y tenemos una gran batalla contra huestes espirituales malignas, pero
en realidad es algo que no dejamos de tener siempre, puesto que no podemos
ignorar que somos naturaleza humana caída en proceso de crecimiento y evolución,
es por eso que el mal siempre querrá perseguirnos y acosarnos con ataques de
toda índole.
Cada Carismático será bombardeado las 24 horas es por eso que
desde que hicimos el seminario de Vida en el Espíritu, cuando nos comprometimos
a servirle a Cristo el enemigo ha estado contrariado y molesto. “Y ahora,
hermanos, busquen su fuerza en el señor, en su poder irresistible. Protéjanse con
la armadura que Dios les ha dado, para que puedan estar firmes contra los
engaños del diablo” (Efesios 6:10).
Y a todo momento busquen las megagigahiper bendiciones, las
megagigaoraciones de parte del Espíritu Santo.
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