Por MaryLuz Montoya (corresponsal de El Tiempo)
Arlington Catholic Herald
14 de Febrero de 2008
Más de 4.000 personas se reunieron el 4 de febrero en la Freedom Plaza, localizada a solo tres cuadras de la Casa Blanca, para darle un rechazo rotundo a las acciones terroristas y los secuestros realizados por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). La concentración formó parte de una movilización mundial en defensa de la paz y la libertad en Colombia.
En las principales ciudades de Colombia como Bogotá, Medellín, y Cali, más de 5 millones de personas salieron a las calles vestidos de blanco y con banderas de Colombia, bajo el lema “No más secuestros, no más mentiras, no más muertes, no más FARC”. Igualmente se hicieron notar ciudadanos de Francia, Alemania, Japón, Australia, España, Portugal, Reino Unido, y toda Latinoamérica.
Arlington Catholic Herald
14 de Febrero de 2008
Más de 4.000 personas se reunieron el 4 de febrero en la Freedom Plaza, localizada a solo tres cuadras de la Casa Blanca, para darle un rechazo rotundo a las acciones terroristas y los secuestros realizados por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). La concentración formó parte de una movilización mundial en defensa de la paz y la libertad en Colombia.
En las principales ciudades de Colombia como Bogotá, Medellín, y Cali, más de 5 millones de personas salieron a las calles vestidos de blanco y con banderas de Colombia, bajo el lema “No más secuestros, no más mentiras, no más muertes, no más FARC”. Igualmente se hicieron notar ciudadanos de Francia, Alemania, Japón, Australia, España, Portugal, Reino Unido, y toda Latinoamérica.
En Estados Unidos los organizadores convocaron manifestaciones en ciudades como Washington, Los Ángeles, Atlanta, New York, Miami, Orlando, Chicago, Houston, donde la presencia colombiana es numerosa. La marcha estuvo principalmente dirigida contra ese grupo guerrillero que tiene en su poder a más de 800 rehenes, entre ellos tres norteamericanos.
En el área metropolitana de Washington el vocero principal fue el Rvdo. José Eugenio Hoyos, director del Apostolado Hispano de la Diócesis de Arlington, acompañado de estudiantes universitarios de la Universidad de América, George Washington, George Mason, Universidad Católica, y de empleados de organismos internacionales como el Banco Interamericano de Desarrollo, la Organización de los Estados Americanos, y el Banco Mundial.
Hace unos pocos días el Papa Benedicto XVI hizo un llamado mundial de oración por la paz en Colombia, Kenya, e Iraq, pero especialmente por la libertad de los secuestrados en Colombia. El día miércoles de ceniza el Papa Benedicto XVI, se reunió en privado con la Sra. Nancy Pulecio, madre de uno de los secuestrados, Ingrid Betancurt, para interceder por su pronta liberación.
El Padre Hoyos, hermano del diputado Jairo Hoyos, uno de los 12 legisladores que permanecieron secuestrados por la FARC durante cinco años y que fue asesinado en cautiverio el 18 de Julio de 2007, cree que la movilización de la sociedad civil es un paso trascendental para exigir a los países más acción humanitaria y no de tolerancia a la guerrilla colombiana, para exigirles que re-planteen sus posturas y pidan al grupo alzado en armas devolver a los cientos de civiles secuestrados.
“Este tipo de marchas son positivas, pues nos unimos al dolor, a la tristeza, y a la soledad de las miles de familias afectadas por este delito del secuestro. Nuestro mensaje es decirles que no están solas, que no pierdan la Fe, que cuenten con nuestras oraciones, que Cristo les llevara la paz y les dará la libertad”, anotó Hoyos.
English translation by Rebel Girl:
A Million Voices for Freedom for Colombian Hostages
By MaryLuz Montoya (correspondent for El Tiempo)
Arlington Catholic Herald
February 14, 2008
On Feb. 4, more than 4,000 people gathered in Freedom Plaza, just three blocks from the White House, to offer a resounding condemnation of the terrorist actions and kidnappings by the Revolutionary Armed Forces of Colombia (FARC). The gathering was part of a worldwide mobilization in defense of peace and freedom in Colombia.
In the major cities of Colombia such as Bogota, Medellin and Cali, more than 5 million people took to the streets wearing white and bearing Colombian flags, under the banner “No More Kidnapping, No More Lies, No More Deaths, No More FARC.” Citizens also came out in France, Germany, Japan, Australia, Spain, Portugal, England, and throughout Latin America.
In the United States, demonstrations were organized in Washington, Los Angeles, Atlanta, New York, Miami, Orlando, Chicago, and Houston, where there is a large Colombian presence. The protest was primarily directed at the FARC, a guerrilla group that is currently holding over 800 hostages, including three U.S. citizens.
In the Washington metropolitan area, the main spokesman was Father José Eugenio Hoyos, director of the Arlington diocesan Spanish Apostolate Office. He was accompanied by students from American, George Washington, George Mason, and Catholic University, as well as employees of international organizations such as the Inter-American Development Bank, the Organization of American States, and the World Bank.
Earlier this month, Pope Benedict XVI issued a worldwide call for prayer for peace in Colombia, Kenya and Iraq, and especially for freedom for the hostages in Colombia. On Ash Wednesday, the Pope met privately with Nancy Pulecio, the mother of hostage Ingrid Betancourt, to intercede for her prompt release.
Father Hoyos' brother, Jairo Hoyos, was one of the 12 lawmakers who held hostage by the FARC for five years. He was assassinated in captivity on July 18, 2007.
Fathr Hoyos said he believed that the mobilization of public opinion is a momentous step towards demanding more humanitarian action from the various countries and less tolerance of Colombia’s guerrilla groups, calling on them to reconsider their positions and ask the armed group to free the hundreds of civilian hostages.
“These types of protests are positive, because we stand united with thousands of families affected by the kidnappings in their pain, their sadness, and their loneliness," he said. "Our message is that they are not alone, that they must not lose faith, that they can count on our prayers and that Christ will bring them peace and give them freedom."
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