lunes, febrero 09, 2009

Un año más de servicio, gratuidad y de bendiciones

Por el Rev. José Eugenio Hoyos

Este fin de semana fuimos testigos del cumpleaños número uno del grupo “bebe” de oración en la Renovación Católica Carismática de la Diócesis de Arlington. El grupo de oración de la parroquia de San Luis en Alexandria con todo entusiasmo celebraba su primer aniversario de vida espíritual.


En realidad como decían algunos de los asistentes a la celebración, este grupo carismático está “tiernito”, es una de las ovejitas más pequeñitas del rebaño donde el gran pastor es Jesús de Nazaret. Que increíble que hace un año cerca de 35 personas nos hacíamos presentes a la fundación de este grupo de oración y en menos de un año llevados de la mano de Jesús y María y de la fuerza del Espíritu Santo se acercan a más de 100.

Además de la gran acogida por parte de los hermanos de la Iglesia del Santísimo Sacramento, la reflexión central que me pidieron los hermanos que compartiera fue: “La recompensa para los que siguen a Jesús” (Mateo 19, 27-29). Y entonces Pedro pregunta a Jesús: “Ya lo ves, nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido ¿Qué recibiremos pues?” A pesar de haber abandonado todo par poder seguir a Jesús, ellos no habían abandonado la mentalidad y la forma de pensar anterior. No hayan entendido el sentido del servicio, de la disponibilidad, del sacrificio, de la entrega, de la gratuidad. Abandonarlo todo, claro que sí! Pero para tener algo en cambio ¿Qué vamos a tener? ¿Qué nos vas a dar? ¿Cómo nos vas a pagar todo nuestro trabajo?

Para todos los que hoy en este mundo servimos a la Iglesia de muchas maneras no sólo en los grupos de oración, pero como acólitos, lectores, acomodadores, catequistas, ministros extraordinarios de la Eucaristía, etc., existe la recompensa. ¡Seguro que si! La recompensa será el fruto natural del compromiso gratuito pues quien sigue a Jesús en esta vida, estará con él en la otra vida. “Y todo aquel que haya dejado casas, hermanos(as), padre, madre, hijos(as) o campos por mi nombre recibirá el ciento por uno y heredará la vida eterna.” Se trata de una doble promesa; cien veces más en esta vida y en el futuro, la vida eterna. Lo poco que hagamos por los demás con alegría cristiana será una estrella más que agregamos en el cielo. Felicitaciones a todos los hermanos(as) del grupo carismático de San Luis. ¡Bendiciones!

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