Por el Padre José Eugenio Hoyos
Arlington Catholic Herald
22 de octubre de 2009
Hace varios días fuí a bendecir el hogar de la familia Torres en Springfield, Virginia y en nuestra amena conversación fui invitado a ver los albunes de fotografía de la familia. Con gran interés y curiosidad pude constatar desde las fotos del matrimonio, el nacimiento de los hijos, su bautizo, primera comunión, quinceañeras, matrimonio, graduaciones, etc. Hermosos e inolvidables recuerdos. Pero lo que lleno de nostalgia nuestra conversación fue el tema de los hijos y la pregunta que nos hacíamos era: “¿a qué hora crecieron?” fue tan rápido, el hogar quedo vacío y ahora les toca disfrutar los nietos cuando están de visita.
Y es una verdad. Los hijos cuando crecen no avisan y mas en esta sociedad donde andamos tan ocupados. Tratando de ganarle a la vida y al tiempo. Si te pasa lo mismo solo te invito a reflexionar: los cambios climáticos anuncian la llegada de la primavera, el verano, el otoño o el invierno. Se marchitan y caen las hojas de los árboles en otoño, mas brotan reverdecidas en la primavera.
Hiere el jardinero a las plantas con su poda, para belleza y fortaleza del gran jardín. Después de un árido desierto crece una verdadera vegetación. El primer grito del niño al nacer hace olvidar todos los dolores de la madre. La vejez humanan indica el advenimiento de una eterna juventud en Dios.
Los juicios humanos que buscan aplastarte, pueden hacerte surgir victorioso de entre las cenizas de las suposiciones. Las durezas de la vida te hacen sufrir, pero te permiten crecer. A grandes males grandes remedios. A veces vives tu vida sintiéndote encadenado, sin saber que tú tienes la llave. Porque los problemas son del tamaño que los vea y ponga tu emane. Lo que es un acontecimiento negativo para unos, es un peldaño de crecimiento para otros. ¿Existe entonces lo negativo? ¿O no será acaso tu actitud negativa o positiva lo que hace negativo o positivo un hecho de tu vida? de ser así, ¿no será tu actitud lo que has de cambiar? Porque el siguiente dicho parece cumplirse por donde se mira.” “los pesimistas no son sino espectadores; son los optimistas quienes transforman el mundo” (Guizot). Los hijos se van temporalmente del hogar pero los nietos los regresan de nuevo.
1 comentario:
Yo me salté un escalón, nietos sin ser padre, pero sin ellos mi vida sería muy solitaria aqui.
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