Rev. José Eugenio Hoyos
Si, claro que si en este tiempo de Adviento nos estamos preparando para algo nuevo, tiene que haber un cambio positivo en nuestras vidas. El adviento es como gradas que forman una gigante escalera para llegar al cielo. Quien de los seres humanos no quisiéramos saber como es ese lugar prometido. Porque si lo supiéramos nos apuraríamos a prepáranos espiritualmente más rápido y mejor.
En cierta ocasión le preguntaron a Ramesh, una de los grandes sabios de la India, lo siguiente: ¿Por qué existen personas que salen fácilmente de los problemas más complicados, mientras que otros sufren por problemas muy pequeños y se ahogan en un vaso con agua? El simplemente sonrío y contó una historia…Era un sujeto que vivió amorosamente toda su vida, cuando murió, todo el mundo decía que él iría al cielo, pues un hombre tan bondadoso solamente podría ir al paraíso.
En aquella época el cielo todavía no había pasado por un programa de calidad total. La recepción no funcionaba muy bien, y quien lo atendió dio una ojeada rápida a las fichas de entrada, pero como no vio su nombre en la lista, le oriento para que pudiera llegar al infierno y como en el infierno nadie pedía identificación, ni invitación el sujeto entro y se quedo. Algunos días después Lucifer llego furioso a las puertas del paraíso y le dijo a San Pedro: “¡Eso que me estas haciendo es puro terrorismo! Mandaste a aquel sujeto al infierno y él me esta desmoralizando. Llego escuchando a las personas, mirándolas a los ojos, conversando con ellas, abrasándose, besándose. El infierno no es lugar para eso, por favor trae ese sujeto para acá.”
Cuando Ramesh termino de contar esta historia dijo: “Vive con tanto amor en el corazón que, si por error vas a parar al infierno, el propio demonio te traerá de vuelta al Paraíso” Es de ti que depende de que manera se abran las puertas del cielo.
1 comentario:
Yo se de un hombre mayor, cansado y enfermo a quien quizas no le queda mucho tiempo es esta Tierra, que siempre dice dentro de su simplicidad de comprensión de las cosas del espiritu, que el cuando muera ira al infierno por que el no cree en la religión, iglesia o sacerdotes y que el único Dios que conoce es la madre Tierra y la Naturaleza.
Pero yo se que esta equivocado. El desde muchacho trabajó duro para cubrir las necesidades de su madre y hermanos, a falta de un padre. Puso primero las necesidades de ellos antes que el haber vivido la vida como el hubiera deseado. Después se caso, tubo un hijo y aún asi siguió ayudando a madre y hermanos trabajando dos duros trabajos físicos para ayudar a dos familias.
Fué siempre respetuoso y servicial con sus mayores ayudando y estando presente hasta el final de los dias de sus antepasados y hermanos.
Yo sé que a pesar de su falta de fe, hay un cielo para el. El cielo que se habre con la llave del amor y del servicio. El cielo del que ha practicado una vida de servicio, trabajo y generosidad para con los demás.
El cielo que como muchos en este mundo, mi padre se ha ganado, no ya por su sabiduria o práctica religiosa, pero por sus acciones y forma de vida.
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