Por el Rev. José Eugenio Hoyos
Esta no es la pregunta de un niño ni de un adolescente es la pregunta que todos los seres humanos cada vez y con más fuerza hacen. ¿Quiero tocar a Dios? ¿Cómo es Dios? Y ¿Dónde esta Dios?
Desde los científicos hasta los teólogos quisieran dar la respuesta adecuada y perfecta. Pues aquí la curiosidad humana traspasa cualquier espiritualidad. Aunque nos han enseñado que Dios es Espíritu y los que le adoran han de adorarle en Espíritu y en Verdad (Juan 4, 25). Ni las palabras de San Juan satisfacen a los cristianos y los de otras creencias en su investigación y en realidad nos volveríamos locos tratando de recordar ante tantos misterios, dogmas, milagros y acontecimientos divinos que intrigan al hombre pensante de hoy.
Decía Voltaire: “no me puedo convencer de que haya un reloj sin relojero, un cosmos sin Dios”. Y los mas ilustres científicos, cosmólogos contemporáneos, empiezan a usar el nombre de Dios para dar una explicación ultima de ese reloj de presión que es el universo.
Dios es eterno, lo que significa que no tuvo principio y que su existencia nunca va a terminar, El es inmortal, infinito (Deuteronomio 33:37); Salmos 90:2; 1 de Timoteo 1:17. Dios es inmutable, lo que significa, que es inalterable; es decir que dios es absolutamente digno de confianza (Malaquías 3:6). Dios es incomparable, lo cual significa que no hay nadie como El en obras o existencia; es inigualable y perfecto (2 de Samuel 7:22; Isaías 40:25). Dios es inescrutable, lo cual significa que no tiene limite, no se lo puede llegar a conocer por completo, es insondable (Isaías 40:28). El ingeniero del reloj cósmico (Dios) es súper inteligente (Omnisciente, dicen los filósofos) y es fuertísimo, nadad mas y nada menos que lo puede todo, es Omnipotente.
Dios es paciente, es muy bueno y generoso, cortes, muy trabajador, no se puede dormir ni un segundo. Dios, no se revela como fuerza, se nos revela como persona, se halla más allá del valor. Dios es el origen del valor, a saber, que los valores no se explican desde si mismos, sino que hay que referirlos a su origen y fuente: Dios.
Para tocar a Dios hay que dejarse tocar primero de El. Y ponerse en contacto con lo mas intimo de su ser. Dentro de cada uno de nuestros corazones. Esto ha sido solamente un modesto intento de constar una gran pregunta de Dios. Por favor siéntanse grandemente animado a seguir buscándole (Jeremías 29:13). No se sorprenda si Dios le ha tocado infinidad de veces y usted no se ha dado cuenta.
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