Por el Rev. José Eugenio Hoyos
Nuestra sociedad una vez más da un gran grito al respeto de las relaciones humanas y sobre todo un llamado a la fidelidad y lealtad de la pareja. Dentro de la relación amorosa debe existir un orden y ese orden implica un compromiso serio del uno para con el otro. Si el hombre o la mujer quieren tener una relación seria y duradera deben conocerse, darse tiempo, investigar su pasado y ponerle mucha atención a las relaciones anteriores.
No podemos ignorar que los mujeriegos y las hombreriegas tienen un pasado lleno de promesas incumplidas y de corazones rotos por las flechas del desengaño, han sido incapaces de controlar su sexualidad y sus impulsos animalescos, han ido destruyendo una relación tras otra.
Hay muchos hombres que se creen muy “machos” pero de machos no tienen absolutamente nada porque no pueden mantener una relación amorosa estable; mucho menos serán capaces de mantenerse firmes ante el Sacramento del Matrimonio. Hay hombres que les escuchamos decir como puedo ser fiel si cada día se me ofrecen por todo lado una cantidad de mamacitas, bien formaditas, jovencitas y pechugonas dispuestas a todo.
Y mujeres que le dice a otras amigas como desperdiciar esos bomboncitos, papitos y bizcochitos que te hacen pasar momentos ricos, te llevan a comer, bailar, te dan buenos regalos y después a gozar en un lujoso motel. Pero si tenemos un poco de vergüenza, nos valoramos y respetamos como personas y hay un temor a Dios; La fidelidad y felicidad si son posibles, no obstante se presentaran multitud de tentaciones en cada momento.
Las parejas hoy en día no deben jugar con fuego, pues todas las tentaciones que se presentan como pasajeras o como “un momentito y nada más” pueden ser definitivas para sentirse infeliz todo el resto de la vida. No basta con decir: “yo amo a mi esposa(o) y me entiendo bien con ella, y jamás se dará cuenta de mis travesuras. Porque uno nunca sabe que detrás de cada aventura haya una enfermedad venérea o un SIDA.
Es necesario proteger la fidelidad y santidad del matrimonio. Quien opte por la fidelidad tendrá que acrecentar. Todos los días el amor que siente por su pareja, comunicarse profundamente con ella y defender, con todo lo que pueda de ser fiel. Pero para que esto tenga buenos resultados hay que empezar en la juventud, acercándose a Dios y valorando la vida. ¿Se podrá domesticar un mujeriego y una hombreriega? Todo se puede cuando hay amor, oración y comunicación.
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