Por el Rev. José Eugenio Hoyos
El filosofo Thomas Hobbes dice: “el hombre es un lobo para el hombre”. Y en realidad cuando estudiaba filosofía y escuché por primera vez esa frase quede bastante pensativo, pues nunca pensé que cada vez seria una cruel realidad. Y lo estamos viendo en una sociedad que con el pasar de los años se ha tornado más cruel y violenta. Las guerras continúan y el hombre sigue luchando para imponer su voluntad y querer ser más poderosos.
En la parte humana vemos que cada día hay más rencor, resentimiento, egoísmo, envidia, mentiras, parece que el ser humano por instinto es cruel y lo usa para defenderse de más crueldad y con el tiempo vemos que es como una gran ola de maldad que crea violencia y más violencia. Muchos dicen que lo que nos diferencia de los animales es que nosotros usamos la razón, pero en ciertas ocasiones nos sorprendería ver como actuamos con instintos bien primitivos al estilo cavernícolas.
Si observamos la crueldad y la violencia entre los animales es por comida o apareamiento, en cambio en el hombre da la impresión que es por falta de conciencia, de una deshumanización desastrosa, por falta de educación y desconocimiento de los valores entre, ellos el temor o acercamiento a Dios.
En muchas ciudades, colonias y cantones mantenerse vivo es sinónimo de suerte. La seguridad es un privilegio del que cada vez pueden disfrutar menos personas. Hoy en día subirse a un bus hay que pensarlo dos veces y ya dentro del bus todos son sospechosos, ya no se puede confiar en nadie.
En muchos lugares los jóvenes no conocen el civismo ya no hay respeto para los ancianos o los niños. Las cárceles están súper pobladas al entrar en ellas se siente el olor descompuesto de un sistema judicial en decadencia y corrupto. Allí solo hay cultivo de odio, mas violencia, convirtiéndose en verdaderas escuelas de delincuencia.
A la terrible y espantosa miseria de miles de millones de seres humanos, habría que añadir la creciente miseria humana y espiritual de los satisfechos. Millones se deshumanizan al tener que vivir en condiciones inhumanas, otros se deshumanizan al volverse insensibles ante el dolor de sus semejantes ¿Qué estamos haciendo para cambiar esta selva humana? En cada uno de nosotros esta la solución. Que esta guerra de todos contra todos la paremos con iniciativas positivas y que involucre a todos. ¡Animo hay mucho para hacer!
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