martes, agosto 28, 2012

La Sanación comienza con el perdón

Por José Eugenio Hoyos

Maestro ¿Por qué esta ciego? ¿Por pecado de él o de sus padres? Juan 9,2

Quiero empezar este articulo hablando del perdón por que lo considero vital y de suma importancia recalcar en cada lector y en las personas que se encuentran delicadas de salud o con enfermedades terminales que la base primordial al comenzar la sanación por parte de Jesucristo es el perdón.

En algunos de los milagros que encontramos en las Sagradas Escrituras Jesús perdona primero el pecado del enfermo y luego otorga Sanación. Como vemos en San Mateo Capitulo 9 Versículo 1-8: Jesús volvió a la barca, cruzo de nuevo el lago y vino a la ciudad. Allí le llevaron un paralitico tendido en una camilla. Al ver a Jesús la Fe de esos hombres dijo al paralitico:”! Animo, hijo: tus pecados quedan perdonados!”.

Algunos maestros de la ley pensaron! Que manera de burlarse de Dios! “pero Jesús que conocía sus pensamientos les dijo: “¿Por qué piensa mal? ¿Qué es mas fácil decir “queda perdonados tus pecados o Levántate y anda?”

Sepan pues, que el hijo del hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados” entonces dijo al paralitico: “Levántate, toma tu camilla y vete a casa”. Y el paralitico se levanto y se fue a su casa.

La gente al ver esto quedo muy impresionada y alabo a Dios por haber dado tal poder a los hombres. Claramente el Apóstol Mateo nos presenta la acción directa de la Sanación de Cristo sobre el paralitico en el perdon de sus pecados.

La autoridad de Cristo sobre la enfermedad es tomar con sus propias manos el bisturí del perdón e inyectarle amor al enfermo necesitado de la compasión del maestro.

Un enfermo que rechaza el amor de Dios en cualquier circunstancia y sobre todo contaminado del pecado esta gravemente a la orilla de la muerte.

El estar en pecado es mucho mas grave que la enfermedad misma. Si queremos recibir una sanación efectiva debemos primero desocupar nuestro corazón de todo resentimiento, odio, rencor o recuerdos negativos para abrirle un espacio a la obra sanadora de Cristo. Por eso siempre querido hermano(a) siempre dentro de nuestra pastoral de enfermos o en los ministerios de sanación recomiendo aprender a perdonar primero, sanar esas heridas profundas que deja el rencor y el odio para que la acción del Espíritu Santo pueda moverse con rapidez a sanar las células cancerosas o cualquier tipo de sufrimiento de las personas.

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