Por Rev. José Eugenio Hoyos.
Realmente quedamos impactados con la sorpresiva renuncia de nuestro Pontífice Benedicto XVI esta semana. Fue como una gran “Bomba Espiritual” que estalló en nuestra Iglesia Católica, todavía nos preguntamos, reflexionamos y pensamos en el Sumo Pontífice.
Pues honestamente tuvo que pensarlo muy bien, dedicar y doblar la Oración para tomar esta delicada decisión.
El Papa Benedicto XVI nos ha dejado un gran legado Espiritual a la humanidad. En su Papado también le ha tocado responder a momentos difíciles de la Iglesia y con mucha Santidad y prudencia ha salido adelante.
Su renuncia es un símbolo de honestidad, de humildad y de valentía, pues recordando a nuestro amado Juan Pablo II han sido dos pontífices que les ha tocado enfrentar nuevas ideologías y crisis económicas en el mundo.
Sus escritos, Encíclicas, sus reflexiones y mensajes quedaran grabados en los corazones de las personas de buena voluntad.
El Papa Benedicto XVI ha fortalecido la Doctrina de la Iglesia, el amor a la Oración y el respeto a la Liturgia de la Iglesia.
El Papa bien lo ha dicho el 28 de Febrero a las 8 pm entregaré mi Pontificado.
Después de ese momento los Cardenales ya podrán reunirse en un Cónclave (que significa encerrarse con llave) para elegir al nuevo sucesor de San Pedro.
Aunque los medio de comunicación ya tienen sus candidatos favoritos hay que recordar que estas no son elecciones como en Estados Unidos, entre partidos Demócratas o Republicanos; aquí quien elige es El Espíritu Santo y el voto de los Cardenales es estrictamente secreto.
Lógico que sería interesante que estos vientos soplaran con humo blanco para la elección de un Papa Hispano, Africano y por qué no Asiático.
Lo único que nos queda es orar y agradecer a Benedicto XVI y que Dios le de salud y pueda disfrutar también del nuevo Papa.
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