Las altas temperaturas de un verano muy caliente y húmedo no impidieron que miles de personas llegaran a la tan esperada Misa mensual Diocesana de Sanación y Liberación celebrada en esta ocasión en la Parroquia del Santísimo Sacramento en Alexandria, Virginia. En donde se sintió con fuerza el entusiasmo, el poder de la Fe y de la Oración.
Los Ministerios de Sanación, Liberación, e Intercesión siguen
dándole e inyectándole un sentido diferente al acompañamiento de cada Eucaristía.
El ministerio de alabanza juega un papel importante en el
desarrollo de esa Misa de Sanación tan esperada por todos. Los asistentes han
entendido que vienen a la Misa de Sanación no para que se les cumpla un
milagro, pues ya hemos entendido que en cada Eucaristía el milagro está allí en
la presencia de Jesús Sacramentado.
Solo el amor nos hace y nos identifica como grandes cristianos.
El Padre José Eugenio Hoyos principal celebrante de estas misas de Sanación nos
decía: “cada vez que uno de ustedes viene a una misa de Sanación abra su corazón
y disponga a creerle a Cristo, desde ese momento usted es el primer milagro que
Dios ha puesto en el universo y Dios está dispuesto a amarte, sanarte y
protegerte”.
Somos el cuerpo de Cristo, que proyecta ese amor en el mundo y en la medida que vivamos ese amor estaremos sanos y seremos instrumento de Sanación para los demás. El mejor instrumento de Sanación se da a través del perdón y del amor mutuo.
No podemos olvidar que si queremos una verdadera Sanación
debemos dejar que el medico de médicos “Cristo Jesús” utilice el Bisturí para
cortar la raíz que origina esas enfermedades.
Poderosos testimonio pudimos disfrutar y agradecerle a Dios
sobre todo de niños con ceguera que están recuperando la vista, pacientes
terminales de cáncer, mujeres dando gracias a dios por la liberación de
Depresiones etc. Fue una noche de “Bendecidos, encendidos, sanados y en vitoria”
y “Sanados setenta veces siete”.
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