¿Padre Hoyos desde cuando usted es un Cura Sanador?

Por Rev. José Eugenio Hoyos.

Hemos estado observando como cada vez la Renovación Católica Carismática a nivel mundial sigue creciendo y como  millones de seres humanos siguen recibiendo y compartiendo con gran diversidad de dones y carismas.
Recientemente tuve la oportunidad de participar en la cruzada de Carismas con motivo del año de la Fe en diferentes ciudades de Estados Unidos, México, Colombia, Honduras, El Salvador y Argentina en donde definitivamente puedo decir que gracias a los movimientos de la Renovación  Carismática se prenden de nuevo los motores de la Iglesia: se despierta la Fe; hay nuevas conversiones y los testimonios de Sanación y liberación se multiplican.

En una de las predicaciones de la ciudad de Colon en la provincia de Entre Ríos en Argentina, antes de la predica afuera ante la multitud reunida frente a la plaza principal un periodista del periódico me preguntó: ¿Padre Jose Eugenio Hoyos donde usted se dio cuenta que era un Cura sanador? Y yo inmediatamente le respondí: “Cura si soy y muy orgulloso de serlo, pero el Sanador es Cristo Jesús, que está vivo y continua realizando milagros y sanaciones en un pueblo que se mantiene en Oración y Fe.

Y en realidad debemos evitar que la gente piense que somos los Sacerdotes o las personas que Sanamos, Liberamos y curamos, pues cuando entendamos que Cristo es el que restaura y Sana, entonces lloverán sobre los creyentes grandes Sanaciones y Bendiciones.

Llevamos los ministerios de Sanación e Intercesión, la buena noticia en la Iglesia Católica de que el poder de Sanación de Cristo es cada vez más real y poderoso con cada predicación, Hora Santa y en vigilias donde el santísimo Sacramento ocupa un lugar central, es allí donde vamos a sentir la promesa de Sanación esperada por todos.

En todos los lugares se están dando incontables testimonios sorprendentes de la acción curativa de cristo sobre la enfermedad.

Jesús se manifiesta en los grupos, círculos y asambleas Carismáticas donde hay Oración, sometimiento a la sangre y a las llagas de Cristo, cuando se refleja la unidad entre hermanos y se practica la caridad.

Sanaciones y Milagros ocurren en tanto haya hombres y mujeres creyentes, capaces de poner su ser y su vida completa y absolutamente en las manos de Dios.

Y recuerda: “Los Milagros y las Sanaciones no suceden cuando lloras sino cuando Oras”.