En uno de los descansos en el retiro de Sanación de Phoenix,
Arizona se me acerco un joven de aproximadamente 23 años y me pregunto: ¿Padre
Hoyos yo oro todos los días y por qué sufro de depresión?
En ese momento le pregunte: ¿y cómo Oras?; ¿Qué método de Oración
usas? Pues la respuesta a la depresión o a cualquier enfermedad es orar
intensamente y continuamente.Pero antes de empezar a Orar hay que preparar la mente, el corazón, el cuerpo y hay que darle una limpieza total comenzando con una oración de liberación, invocando la fuerza del Espíritu Santo. Y cubriéndose con las llagas y la sangre de Cristo. Esto debe hacerse antes de levantarse, al medio día y al acostarse, hasta que la sensación de depresión desaparezca completamente.
Para el cerebro es igual de poderoso disfrutar una meditación
y una Oración aunque sea sencilla, lo esencial es la actitud con la que se realice.
No podemos ignorar que el cerebro y todo el cuerpo humano tienen
como único dueño a Dios.Nos dice Voltaire “El arte de la medicina consiste en mantener al paciente en un buen estado de ánimo; mientras la naturaleza lo va curando”.
Y a través de mi experiencia Espiritual yo diría que la acción
de la Oración es la medicina más
efectiva que mantiene a cualquier paciente sano y con ánimo de vivir y sacar
afuera cualquier tipo de depresión. Así como dejamos entrar la depresión a
nuestras vidas; con el poder de Dios también tenemos las armas para sacar fuera
esta depresión, con Dios en nuestras vidas haremos que lo imposible sea
posible. ¿Quién no quiere ser feliz? ¡Fuera depresión!
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