Los Católicos tenemos varias
oportunidades para preparar nuestros
corazones, familias y anunciar al mundo que es tiempo especial para recibir un
nuevo nacimiento de Cristo único salvador y redentor.
Hemos celebrado juntos varios
acontecimientos y eventos litúrgicos, ya pasó la Cuaresma, la Asencion, la
Anunciación, Pentecostés y ahora nos llega el Adviento.
En nuestra comunidad hispana Católica
estos son momentos muy especiales debido a la tradición tan fuerte que llevamos
en nuestra Fe y en nuestras devociones populares. Los latinos siempre nos hemos
caracterizado por ser pacientes en la espera del salvador del mundo y es por
ello que desde antes del Adviento nos preparamos en Oración, Vigilias, Horas
santas y en novenas.
En realidad es un tiempo de espera donde nos preparamos para limpiar nuestra conciencia con la participación del Sacramento de la penitencia, obras de caridad, Oración ante el Santísimo Sacramento y llevando un estilo de vida de un creyente ejemplar y seguidor de la Virgen Maria y del Evangelio de Cristo.
El Emérito Papa Benedicto XVI nos ha dicho que el Adviento no significa esperar algo que todavía no ha llegado. Esperamos a alguien que ha llegado ya pero no del todo, no plenamente. Tenemos Fe, pero necesitamos mucha más para que el nombre de Cristiano responda a la realidad de un vivir en Cristo.
Es preciso volver al Bautismo, cuando Cristo vino a vivir en nuestra vida. Cristo era la vida de San Pablo, al extremo que ya no soy lo quien vive, sino que es Cristo quien vive en mí.
Esto nos dice el Papa, es privilegio de todo aquel que acaba de bautizarse. Y es responsabilidad del Bautizado acoger esa misteriosa vida de Cristo incipiente y conducirla a plenitud.
El Adviento nos prepara para recibir
un nacimiento singular. No es el nacimiento de un niño más, sino del niño que
tras la muerte resucitará. Por eso esta es la gran fiesta de la vida. Si no,
estaríamos completamente ante el nacimiento de un ajusticiado.
En el tiempo de Adviento vivimos
mediante la perseverancia en la Oración
y conectados con la Fe la realidad de la presencia de Cristo.
¡No esperes más, es tiempo de
comenzar a preparar el Adviento en Familia!
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