Han llegado a nuestra vida litúrgica 4
semanas de preparación para la venida de Jesucristo nuestro señor y rey del
Universo.
Sera un gran tiempo de prepáranos a
la gran espera en Oración, penitencia y en adoración a Jesús Sacramentado. Sería
muy interesante de que así como nos reunimos a celebrar la fiesta de Pentecostés
también en este tiempo de Adviento nos reuniéramos multitudes ante el santísimo
con bandas musicales, horas santas y vigilias.
Cristo representa la totalidad de
nuestra existencia, es la fuerza, el poder, la energía, el mando, la autoridad,
el destino, la sanación, la salvación y la eternidad.
Las tormentas, los terremotos, las inundaciones, los amaneceres el frio, el
calor y la nieve, las montañas, los mares, los cambios de colores en los árboles
en el otoño y los grandes mares nos hablan a gritos de la existencia y la grandeza
de un ser superior a quien llamamos Dios.
Conocer en este tiempo de adviento es
fácil, lo puedes hacer abriendo en oración
tu corazón solo a ÉL. Pero la mejor preparación es cambiar nuestra vida de
pecado, nuestra indiferencia social, nuestro egoísmo, mal genio y cambiar
nuestro rostro amargado para que Cristo nos reconozca y nosotros conocer a
Cristo en Adviento.
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