El mundo se está enfermando cada vez más
por la pérdida de valores; la ausencia
de Dios y así mismo la enfermedad que está acabando con la humanidad no es el cáncer
ni la depresión sino la enfermedad del alma.
Todo ser humano en su interior tiene
una gran riqueza de dones y carismas y no los pone a funcionar por lo tanto no
tiene razón para vivir. Aunque seamos adultos mayores, jóvenes, esposos,
profesionales, jóvenes universitarios, empleados etc., todos necesitamos de Dios,
conocerlo y aceptarlo como la medicina más eficaz de nuestras vidas.
Dios nos mira como a sus hijos más
especiales, nos mira con ternura, con compasión, somos parte de su proyecto y
de su misión.
El conoce nuestros miedos, los
momentos en que nos sentimos solos, desorientados, el conoce nuestras heridas,
nuestras debilidades y frustraciones.
Por eso debemos escuchar una buena Predicación
bien sea por la radio, la Televisión, leer un libro, escuchar una buena alabanza,
todo lo que esta relacionado con las Sagradas Escrituras nos ayuda a purificar
nuestro interior, a sanar heridas del pasado, a romper ligaduras o cadenas intergeneracionales
y a no dejar que la depresión o el estrés acabe con nuestra Fe. Es por eso que
la Oración combinada con Alabanza tiene el poder liberador y sanador.
Cada día debemos recordar que no
estamos solos; Dios está reconstruyendo nuestras vidas pues paso a paso la Renovación
Católica carismática está ayudando a millones de personas a tener una Sanación
interior efectiva y una gran conversión.
Los grupos de Oración ayudan a formar
familia en el encuentro personal con Cristo. Regocíjate en el Señor rey de
reyes y vive este Pentecostés a plenitud. ¡Cristo
vive!.
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