La Renovación
Carismática ha jugado un papel muy importante en la promoción e invitación a
que las comunidades se unan a orar, alabar y a vivir el evangelio en plenitud.
Los grupos
de oración ayudan a los creyentes Católicos a tener diversas formas de cómo
realizar una oración o una alabanza de una forma más efectiva.
Podríamos
llamar también a los Grupos de Oración Carismática: “Grupos Intercesores” pues
cuando estos grupos están en oración intensa están produciendo un contacto más
personal con Jesucristo, hay derramamiento de dones y carismas y es cuando más
personas indirectamente reciben sanaciones, conversiones, unciones y
liberaciones. Es en esos momentos donde trabaja y se manifiesta con fuerza el
poder del Espíritu Santo. Cuando en una parroquia el Párroco o los Sacerdotes
apoyan u oran con los Grupos de Oración es donde encontramos parroquias más
sanas y más vivas.
Las
reuniones de las primeras comunidades eran también asambleas de oración, de
alabanza, de acción, de gracias y de peticiones, ya sea en el Templo, ya sea en
casas particulares. “Por medio de la oración los Cristianos permanecían unidos
entre si y a Dios.” (Hechos 5, 12) Y se fortalecían en el momento de las
persecuciones (Hechos 4, 23-31) El Espíritu Santo también hacía sentir
sensiblemente su presencia, llenando de fuerza a los creyentes y avivando a los
Apóstoles para continuar con la predicación de Jesús.
Cada Grupo
de Oración con una buena instrucción doctrinal Católica, con el conocimiento y práctica
de las Sagradas Escrituras, con una buen llevada oración y con gozo en la
alabanza y en la práctica y participación de los ministerios de la Iglesia se
convierten en los pulmones sanos y vivos de la Iglesia.
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