Padre José
Eugenio Hoyos
Por más de
30 años que participo activamente en la Renovación Carismática y preparándome
para celebrar los 50 años de la RCC y experimentando cada día la cultura de Pentecostés
puedo asegurar que Jesús no ha descansado un minuto en su labor y ministerio de
Evangelizar.
La Iglesia Católica
siempre ha estado presente por siglos con el enfermo, llevándole apoyo en
hospitales, ancianatos y en la unción de los enfermos.
Debemos valorar
y apoyar a quienes ejercen un servicio o ministerio de sanación: oración por y
con los enfermos, don de consuelo, don de reconciliación don de acogida y de
escucha, capacidad de solidarizarse con el sentimiento y necesidades de los
enfermos.
A través de
las Sagradas Escrituras podemos testimoniar y ver y ver muchos casos de hombres
y mujeres que creyeron y confiaron en Dios, que nunca dudaron en que Dios
cumpliera. Cada uno de ellos recibió lo que creyó porque Dios responde
positivamente a la fe de los que creen a Dios no lo mueve el sufrimiento, lo
que mueve la mano de Dios es tu fe.
“Hijo en tu
enfermedad, no seas negligente, sino ruega al Señor y El tu curara. Aparta las
faltas, endereza tus manos, y de todo pecado purifica el corazón. Ofrece incienso
y memorial de flor de harina, haz pingues ofrendas según tus medios. Recurre luego
al médico, pues el Señor lo creo también a él.” (Eclesiástico 38, 9-11) No olvides, ayer y hoy Cristo sigue sanando! No
lo dudes!!! Pues Jesús quiere sanarte y punto.
Y lo estamos
viendo cada día, en la Eucaristía y en las Misas de Sanación. Tenemos un Dios
grande y poderoso.
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