Por el Rev. José Eugenio Hoyos
Washington Hispanic
10 de octubre de 2008
Nuestra relación con Dios debe ser íntima, agradable y cordial. No podemos concebir a Dios como un padre o una madre que está siempre lista a castigarnos o a condenarnos. Todo lo contrario es un ser lleno de amor, comprensión, entendimiento y compasión. Hacer sonreír a Dios debe ser una de las metas y propósitos más importantes de nuestra vida. La tarea más importante que tenemos que descubrir es como hacerlo con exactitud.
Hoy en día si queremos que Dios sonría igual como brilla el sol cada mañana, nosotros también debemos empezar nuestro diario vivir con una gran paz y una sonrisa a flor de piel, pues debemos conocer que Dios nos ama sin limitaciones. Sería muy hermoso que en todos los lugares de nuestro amado planeta tierra pudiéramos ver millones de caritas sonriendo a pesar de los problemas que estamos viviendo tanto sociales, económicos, matrimoniales etc. Con tener la cara triste y destemplada no vamos a solucionar nada. El stress, la tristeza, los dolores, las enfermedades y las depresiones, suavizaran esas situaciones con una sonrisa sincera.
Igualmente si pudiéramos practiquemos con los demás las sonrisas de los niños que son los que a cada instante hacen reír, sonreír y gozar a Dios. La Biblia indica que descubramos “lo que agrada al Señor para hacerlo.” “Que el Señor te sonría” (Números 6:25). “Sonríe sobre mi como tu siervo; enséñame tu camino para vivir” (Salmo 119:135).
Es una dicha que las Sagradas Escrituras nos presente un ejemplo claro de una vida que agrado a Dios. El hombre se llamaba Noé. En su época, el mundo en su totalidad se hallaba en bancarrota moral. Todos vivían procurando su propio placer en lugar de complacer a Dios. Dios sonríe cuando lo amamos por encima de todo. Noé amó a Dios más que a nada en el mundo. ¡Incluso cuando nadie más lo amaba! La Biblia afirma que “durante toda su vida Noé cumplió fielmente la voluntad de Dios y disfrutó una estrecha relación con Dios.”
Ahora lo que Dios más desea es tener una relación más estrecha de amor. Pocas cosas nos hacen sentir tan bien como recibir la alabanza y el aprecio y amor de alguien; a Dios también le encanta. Sonríe cuando le expresamos nuestra adoración y gratitud a Él. Dios hoy esta buscando personas que sonrían más para que este siglo XXI sea más agradable. Los problemas de las bolsas, la economía mundial, la inmigración tendrán una solución en el futuro porque no es como quiera el hombre sino como quiera Dios. Ojalá encontremos más personas en las calles sonriendo hoy.
Imagen de Noé con paloma por Jackie Morris
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