Por el Rev. José Eugenio Hoyos
San Juan Bosco una vez dijo: “Debemos ser buenos cristianos y honrados ciudadanos”. Que interesante frase pues lo que él dijo deberíamos aplicarla al hombre de hoy. Recientemente pudimos darnos cuenta a través de los medios de comunicación los ganadores de los tan esperados Premios Nobel en las categorías de Física, Química, Medicina, Literatura, Económica y el de la Paz. Desde que estos premios se establecieron en 1901 por Alfred Nobel, se han incentivado a millones de personas a que realicen y utilicen sus talentos a favor de la humanidad.
En el caso del ganador este año del Premio Nobel de la Paz, fue concedido al ex-presidente finlandés Martti Ahtisaari, por sus gestiones por establecer una paz duradera en lugares tan diversos como Timor Oriental y los Balcanes. El comité Noruego del Nobel decidió otorgar este premio a Ahtisaari por sus esfuerzos de paz en varios continentes y por más de tres décadas, para resolver conflictos internacionales. Estos esfuerzos han contribuido a un mundo mas pacífico y a la “fraternidad entre las naciones” en el espíritu de Alfred Nobel, añadió.
Hablando de inteligencia, fe y ciencia vemos igualmente como miles de científicos continúan trabajando en sus laboratorios para encontrar la medicina y la cura para las enfermedades terminales. Este año en medicina fueron reconocidos tres virólogos, el alemán Harald Zur Hausen y los franceses Françoise Barre Sinoussi y Luc Montagnier. En este año el jurado ha reconocido con este premio el descubrimiento de dos virus causantes de una alta taza de mortalidad. Harald Zur Hausen se ha llevado el reconocimiento por su descubrimiento del virus del papiloma, causante de cáncer del cuello uterino, el segundo cáncer más común en las mujeres. En tanto los franceses recibieron tal premio por el descubrimiento del virus de inmunodeficiencia humana (VIH), causante del síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA). El descubrimiento de este virus fue un requisito para conocer la biología de la enfermedad y su tratamiento antirretroviral.
Son servidores de la humanidad como fue Madame Curie. Gracias ella y a Pierre, su esposo, hoy el radium se emplea contra el cáncer. La única mujer que ostenta dos Premios Nobel fue insultada por su “baja condición”, en la familia en la que trabajo como institutriz. Madame Curie es un sublime ejemplo de superación, perseverancia y servicialidad, en un mundo que necesita valores humanos. Saber vivir es saber servir con desinterés y dedicación, como lo hicieron los esposos Curie que regalaron el radium a la humanidad sin pedir dinero. Hoy el mundo necesita gente noble pues en cada corazón generoso hay un Nobel dado por Dios.
Foto: Martti Ahtisaari, ganador del Premio Nobel de la Paz 2008
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