Por el Rev. José Eugenio Hoyos
Arlington Catholic Herald
12 de febrero de 2009
“El cantar de los cantares” es un superlativo que significa “el más hermoso de los cantos”, “el canto por excelencia”.
A primera vista es el libro menos “bíblico” por su contenido y por su forma. Muchos católicos nos envían muchas preguntas vía Internet sobre frases bíblicas o libros del Antiguo Testamento que son un poco difícil de entender. ¿Cuál es la importancia y donde nació “el cantar de los cantares”? su autor es desconocido y posiblemente fue compuesto en la primera mitad del siglo IV a.c.
En él se describe y ensalza el amor apasionado de una pareja, que trata por todos los medios de llegar a la unión definitiva. Algunos han interpretado cristianamente varios de los versos amorosos como: el novio y la novia serían Cristo y su Iglesia, o Cristo y el alma del cristianismo y también es verdad que el Nuevo Testamento habla de las bodas del cordero (Cristo) con su esposa, la Iglesia (Ap 21).
A su vez la liturgia ha aplicado varias imágenes de este poema a la unión entre la Virgen María y el Espíritu y los grandes místicos las han referido a la unión intima de cada creyente con Dios. Por ejemplo, San Juan de la Cruz interpreta en verso castellano al cantar de los cantares. En su célebre “Cántico Espiritual” describe el camino del alma, desde que es enamorada por el Señor hasta que llega a la intimidad esponsal.
El poema del místico español es una de las joyas literarias de nuestro idioma. Y su comentario es un verdadero tratado de vida espiritual, para quienes buscan al Señor. Comenta San Juan de la Cruz: “pues, aunque todas las cosas juntas las posea, no estará contento, antes, cuantas más tuviere, estará menos satisfecho; porque la satisfacción del corazón no se allá en la posesión de las cosas” (cántico 1, 14).
La experiencia de la felicidad en la pobreza de Espíritu solo la tiene quien pasa por ella. No tenemos necesariamente que pensar en transverberaciones místicas hechas por un querubín, como cuenta Santa Teresa que le ocurrió a ella. Alguna vez en la vida, no sabemos cuando, el Señor nos tocó de una manera especial y desde entonces encontramos una gloriosa libertad respecto a todo lo mundano.
Solo Él nos importa. Siguen, ciertamente, las tentaciones, las depresiones, las incomprensiones incluso de los buenos y de los que más nos importan, pero nos desorientan ya de nuestro camino: duelen, pero no rematan; desorientan, pero no angustian; nos dejan perplejos, pero no abatidos.
Dice San Juan de la Cruz: “Para hallar a Dios de veras no basta orar solo con el corazón y con la lengua, ni tampoco ayudarse de beneficios ajenos, sino que también, junto con eso, es menester obrar de su parte lo que en si es”. “Buscad y hallareis” (Lc. 11, 9).
1 comentario:
hola, les habla rosita de COLOMBIA MEDELLIN, Excelentes árticulos me encanta todo lo que seo el tema de DIOS, SOY FIEL MENTE ENAMORADA DE ÉL",pero me asaltan los temores por tantas tentaciones que se manifiestan ,a lo largo del camino, que hacer para poder superar deverdad es dificil el mantenerce fiel a DIOS,Quiero que me den aconocer un canto bien hermoso para cantar en mi guitarra, mil y mily gracias que DIOS LOS BENDIGA A TODOS, ROSITA.
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