Por el Rev. José Eugenio Hoyos
Hoy estamos celebrando el Día Mundial de la Tierra, siendo una gran oportunidad para que hoy salgamos a la calle, a los parques, miren los jardines y contemplemos la naturaleza dándole gracias a Dios. Pues como el verdadero arquitecto del universo, Él ha creado el mundo con amor y por amor a la humanidad.
Este es un llamado también a cuidar el medio ambiente, a tomar responsabilidades de dejar un mejor mundo a los que no han nacido. El Día de la Tierra, que empezó en 1970 como un movimiento de protesta, ha evolucionado hacia una celebración global del medio ambiente y de nuestro compromiso con su protección. La historia del Día de la Tierra refleja el crecimiento de la consciencia ambiental en el transcurso del último cuarto del siglo, y el legado del Día de la Tierra es la noción inequívoca de que el medio ambiente es objeto de inquietud universal.
Tenemos que amar y cuidar este planeta en lugar de convertirlo en un árido desierto, sin aire, sin agua y sin verdor. Y unos de los caminos para practicar la ecología son ahorrar agua, no contaminar el aire con aerosoles u otros materiales tóxicos y sembrar árboles. Pero hay algo más urgente: debemos acabar con un consumismo desaforado que nos convierte en compradores compulsivos.
Asumamos algún compromiso para que la ecología no se quede en palabras. No es una afición, es un desafío antes de que sea demasiado tarde, como lo ha sido para las especies extintas. Ayudemos a incentivar una cultura de reciclaje. ¡Ten presente que vivimos rodeados de maravillas! ¡Feliz Día de la Tierra que pisas!
1 comentario:
Es una gran alegría para mi el leer este escrito de un sacerdote católico “ecologico”, ya que pienso que en el pasado y hasta recientemente, la Iglesia Católica no se ha preocupado mucho en pronunciarse para defender el medio ambiente y sus criaturas.
La responsabilidad de ser humanos, no solamente se extiende hacia nosotros mismo y hacia los demás, pero se extiende en gran grado tambien hacia el Planeta en general, ya que de el vivimos, de el somos parte y del el provenimos.
La raza humana no es un “fenomemo” separado del resto de la creación, somos de y parte de La Tierra. Nuestros cuerpos y alimentos de ella proceden y por ella nos nutrimos y existimos.
Como seres inteligentes y morales que deberiamos de ser siempre, a todos los niveles, es nuestra responsabilidad el utilizar los recursos que necesitamos causando el menor daño posible y tratando de reponer siempre que sea posible.
Los recursos de La Tierra, no esta ahi solo para nuestro beneficio y uso. Todo el mundo natural existe por y en su propio derecho. Los sistemas ecologicos y criaturas de los reinos mineral, vegetal y animal no necesitan del hombre para existir, pero nosotros si necesitamos de ellos/ellas.
Ser buenos administradores y responsables usuarios de los recursos naturales no es solo una necesidad para nuestro propio beneficio y el de las generaciones siguientes, es tambien un alto deber moral del ser humano espiritualmente avanzado.
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