Por el Rev. José Eugenio Hoyos
Arlington Catholic Herald
25 de febrero de 2010
La Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB) esta apoyando la reforma migratoria a través de muchas formas.
La posición de la Iglesia católica es bastante clara y lo ha sido durante muchos años. Después de todo, la posición de la Iglesia católica está enraizada en el Evangelio, que estoy seguro que han oído muchas veces en su vida como católicos. Los católicos creemos que la inmigración se trata sobre la justicia social y dar la bienvenida al extranjero. Las formas en que esto puede lograrse es a través de una función de gobierno. Funcionarios gubernamentales electos son llamados también a ser buenos católicos o, al menos, ser buenos cristianos. Sin embargo, todos debemos estar alerta cuando la prensa y los políticos buscan aprovecharse de los que representan, quizás el sector menos privilegiado de la sociedad. No es raro encontrar el uso de la desinformación y verdades a medias en temas como éste.
Con esto en mente y ofreciendo algunas reflexiones sobre el tema de la inmigración en Estados Unidos durante los últimos 20 años, es conveniente mirar hacia atrás en la historia reciente. A finales de los 80s, el Departamento de Trabajo de EE.UU. publicó un libro blanco titulado "Fuerza de Trabajo 2000”. En ella, los Estados Unidos, predijo una escasez en la fuerza laboral cuando entrábamos al siglo 21. Parecía que nuestra economía no iba a disminuir a causa de una fuerza de trabajo. En su lugar, se llevaron a cabo tres fenómenos: (1) personas inmigraron a los Estados Unidos a través de sus fronteras abiertas y costas, (2) la mano de obra externa se hizo popular, y (3) el Congreso aumentó el número de visas en categorías específicas para importar determinados profesionales. El primer grupo de personas buscaba una oportunidad ya que muchos huían de luchas civiles, malas condiciones económicas, desastres naturales, y la opresión de sus gobiernos. El último grupo, aunque algo reducido en los últimos años, sigue proporcionando un flujo constante de inmigrantes.
Como un avance rápido de 2010, "fronteras abiertas" y la legalización de inmigrantes "ilegales" son temas comunes. Sin embargo, debemos estudiar cuidadosamente el tema de la inmigración antes de pronunciar declaraciones incorrectas.
Nuestro país tiene muchos kilómetros de costa con las fronteras de México y Canadá. Lamentablemente, el comentario habitual sobre "cierre de la frontera" se refiere a México. Poco se sabe acerca de los tratados llevados acabo por antiguos presidentes con los gobiernos de México y Canadá sobre la protección de la masa continental de América del Norte. Muchos de estos acuerdos explican la razones del por que de las "fronteras abiertas". Algunos, que abogan contra los inmigrantes, han alegado motivos de seguridad. Sin embargo, los frustrados intentos terroristas parecen haber ocurrido en el norte debido a la aplicación de leyes bilaterales de iniciativa e inteligencia. Deberíamos esperar la misma cooperación bilateral en el Sur, pero los gobiernos han fallado en eso. Finalmente, debemos primero entender que "cerrar las fronteras" no va a detener la inmigración ilegal, que por cierto no sólo ocurre en el Sur.
El otro tema candente de nuestra época es el destino de aquellos que ingresaron a nuestro país sin la inspección de un oficial de inmigración. Si nuestros gobiernos han optado por no detener el flujo de inmigrantes, ¿es justo disponer de ellos cuando ya no se ajusten a nuestras necesidades? ¿Realmente podemos hacerlo sin ellos? Antes de que podamos responder a esta pregunta, debemos mirar a nuestro alrededor con ojos abiertos para ver quién es el apoyo a nuestro país. Por lo tanto, es justo deshacerse de todos los seres humanos? ¿Cuál sería el efecto en nuestra economía? Estoy seguro de que hay quienes en el gobierno con mucha más información y mejores condiciones para elegir la mejor dirección de nuestro país, sin la necesidad de utilizar la información errónea y falsa propaganda.
Para concluir, los números y las cuotas pertenecen a, y son utilizados por los gobiernos y los políticos. Los idiomas a menudo indican ampliar la experiencia cultural y la conciencia global. La inmigración debe ser siempre la justicia social y dar la bienvenida al que busca refugio para una vida mejor.
Es importante que como católicos apoyemos a nuestros hermanos católicos inmigrantes enviando y llenando las tarjetas postales en cada parroquia para luego ser envidados a nuestros representares e estatales. No olvidemos que ningún ser humano es ilegal ni el Reino de los Cielos tiene fronteras.
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