jueves, agosto 26, 2010

Con nuestra actitud el mismo Cristo muere de hambre

Por el Rev. José Eugenio Hoyos

En algunos retiros en que me invitan a predicar, siempre he notado de que la gente se queja a menudo por la crisis económica en que estamos viviendo, pero repito y repetiré una vez mas que tenemos que cambiar la palabra ‘crisis’ por Cristo. Pues crisis trae más crisis y Cristo trae prosperidad, paz y esperanza. La reflexión de San Juan Crisóstomo siempre ha traído polémica y discusión en algunos círculos cristianos y especialmente en la Iglesia Católica.

El dice: “el cuerpo de Cristo es (y esta en) la Eucaristía, pero también esta en los pobres. No en uno, u otro, sino en ambos”. Igualmente nos habla fuerte cuando dice: ¿de que serviría adornar la mesa de Cristo con vasos de oro, si el mismo Cristo muere de hambre? Tenemos que cambiar de actitud pues algunos sacerdotes, obispos, diáconos y laicos le dan más importancia a los adornos, vestimentas eclesiales costosas, a los trajes italianos, vasos sagrados con piedras preciosas; cuando su forma de oficiar la Santa Eucaristía no tienen reverencia, ni respeto al Cuerpo y Sangre de Jesús. Cuando su vida esta llena de arrogancia, de frialdad a los mas necesitados y su estilo de vida es contrario al Evangelio.

Entonces esta es una invitación a dar primero de comer al hambriento y luego, con lo que te sobre adornaras la mesa de Cristo ¿quieres hacer ofrenda de vasos de oro y no eres capaz de dar un vasos de agua? y ¿de que serviría recubrir al mismo Señor el vestido necesario para cubrir su desnudez?

Con cadenas de oro y plata sujetas lámparas y te niegas a visitarlo cuando el está encadenado en la cárcel. Piensa, pues, en el inmigrante y en el despreciado y, sin recibirlo, te dedicas a adornar el pavimento, las paredes y las columnas de la Iglesia.

Al adornar el Templo, procuremos no despreciar al hermano necesitado, porque este templo es mucho más precioso que aquel otro. La Eucaristía debe ayudarnos a cumplir nuestro compromiso con los pobres.

Ojala cambiemos en nuestra Iglesia la forma como nos relacionamos con Jesús Eucaristía, gran fuente de sanación y que con nuestra conciencia social católica no dejemos morir de hambre a Cristo.

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