lunes, octubre 25, 2010

Seamos como Pachito de Asis para cambiar nuestras vidas.

Cuando leo en los diarios de que el Papa Benedicto XVI esta beatificando y llevando a la luz publica de los altares a hombres y mujeres para la santificación le doy gracias a Dios por la Iglesia Católica.

Que bendición para nuestra fe, de saber que hay hombres y mujeres que han dejado un gran legado y valiosas enseñanzas para nuestro crecimiento espiritual. Hoy en día es difícil decir que tenemos un solo Santo favorito, pues la realidad es otra, son muchos para escoger y para seguir.

Pero hoy quiero hacerle homenaje a uno de mis Santos predilectos desde mi infancia; “San Francisco de Asís”. Seguir las huellas de Jesús fue la gran obsesión de “San Pachito” o “Paquito milagroso” como un cariño y respeto le dicen algunos. Su anhelo, poner las pisadas allí donde las puso Cristo. Eso lo condujo a una forma especial de vida, la manera de vivir al estilo del Evangelio. No se equivocaba: creía que poniendo sus pies en las huellas de Jesús, siguiendo su rastro, andando sus mismos senderos, lograría ser como Él, vivir como Él, amar como Él.

Por eso en sus escrituras encontramos frases que le dice Francisco. “Compórtate, con la bendición de Dios y mi obediencia, como mejor te parezca que agradas al Señor Dios y sigues sus huellas y pobreza”. Es decir, seguir las huellas y pobreza de Jesús es el criterio que discierne la vida del hermano menor.

En la oración con la que concluye su carta a la orden, pide San Francisco que, “iluminados interiormente y encendidos en el fuego del espíritu santo, podamos seguir las huellas de tu amado hijo Jesucristo”.

Para seguir las huellas hay que tener luz dentro, claro el espacio interior y también es precioso nacer del Espíritu, llevar una existencia nueva. Quien se atreve a seguir a Jesús no puede esperar un futuro y una suerte distinta a la de su señor.

Esto solo es posible cuando el servidor asume el seguimiento incondicionalmente (Mt 10, 24). El mundo necesita hombres de valor que le metan ganas para seguir a Cristo y con actitud positiva cambiar al mundo para mejorarlo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

La orden Franciscana o de los Frailes Menores, es una de las ordenes monásticas que mas servicio y caridad ha repartido y reparte por el mundo. Desdeluego siguiendo el ejemplo de su fundador, un hombre quién al igual que otros grandes místicos, como San Pablo, pasó por una crisis personal de salud y de transfiguración psicologica, después de la cuál vió su destino y deber claros dentro de su corazón, el seguimiento de los pasos de Cristo y su labor de amor y caridad.

Otras ordenes que admiro son la del Cister, muy antigua, cuyos preceptos fuerón dados principalmente por el gran sabio y místico francés, Bernard de Clairvaux, quien a pesar de haber tenido que obedecer al Papa en el trabajo ingrato de predicar la Segunda Cruzada (eran los tiempos que corrian) fue responsable por el Reglamento de Conducta y apadrinamiento de la gran Orden Cristiana de caballeria de La Hermandad de los Pobres Soldados de Cristo y del Templo de Jerusalen, normalmente conocidos como los Templarios, que tan gran influencia ejerció en el desarrollo de la moderna Europa.

Otra ordén que admiro por su misticismo y vocación servicio, es la de los Benedictinos, todo sea además por que lo son en mi querida Montserrat.

Si algún hermano/hermana laico, desea unirse a la ordén secular Franciscana para personas del mundo, puede visitar esta página y pedir mas información.


http://www.nafra-sfo.org/