jueves, marzo 15, 2012

Existen millones de caminos para encontrar a Dios

Por el Rev. José Eugenio Hoyos

Dios como creador del universo nos regaló el tiempo y lo hizo infinito para que todos tuviéramos la oportunidad de que en algún momento pudiéramos encontrarnos con El cara a cara.

Los seres humanos hoy en día viven muy ocupados y entretenidos con las cosas del mundo que son pasajeras. No tenemos costumbre de estar dentro de nuestro corazón. Y para hacerlo se requiere muchas veces hacer silencio. El silencio es el lenguaje de Dios y es la condición para que la palabra de Dios resuene en el interior de la personas.

Acércate al misterio de Dios con el corazón abierto. La dificultad principal para encontrar a Cristo, o para dejarse encontrar por El, en las sociedades poderosas, es que no buscan al que verdaderamente tiene poder: Dios. Vives en un mundo con múltiples posibilidad de crecimiento, donde conviene el joven y el viejo, la arriesgada y la conformista, el creativo y el pasivo, la ilusa y la indiferente, el servicial y el egoísta, la prudente y la habladora.

Es así como muchas puertas están abiertas porque nadie las cierra, y otras están cerradas porque ninguno las abre. Tu naciste para explorar, descubrir y perfeccionar el universo con tu vuelo y tu imaginación; tu naciste para desarrollar un proyecto propio; tu naciste para dejar en el mundo una imprenta de tu capacidad y tus aciertos, y por ello no podrás permitir que las sombras y las tempestades de las dificultades te lo impidan, y sobre todo por tu convicción de que nadie lo hará por ti.

Por tanto, tu lucha es un reto personal, así como la búsqueda de encontrar a Dios y a tu propia salvación. La clave está en escucharte a ti mismo, tomar la decisión de ser tú mismo, elegir tu camino, con la real motivación del amor enraizado en Dios, del amor hecho servicio. Porque “no importa cuanto se viva sino como se vive, si se vive bien y se muere joven, se puede haber contribuido más que una persona hasta los 80 años preocupada solo de sí mismo” (Martin Luther King).

No permitas que nadie te imponga su camino. Cada camino es único en un millón de caminos. Por lo tanto, siempre debes tener en mente que un camino es solo un camino. Mira cada camino cuidadosamente y deliberadamente. Inténtalo tantas veces como sea necesario. Si tu camino es el de andar buscando el amor de Dios, entonces el caminar es bueno, si no lo tiene, entonces no vale la pena.

Buscar y encontrar a Dios será un viaje que terminara con una historia feliz y una gran recompensa. Animo.

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