miércoles, marzo 12, 2014

Cada día somos Bendecidos y Sanados por Cristo.


Por Rev. José Eugenio Hoyos.

“Él que permanece en mí, como yo en él, ese da mucho fruto.” Porque separados de mí no podrás hacer nada” (Jn 5,5).
El servicio de imposición de manos, la Intercesión tiene mucho más efectividad cuando se hace en equipo, cuando tenemos en común la compasión, la perseverancia en la Oración y nos une el amor.

Cuando nos conectamos directamente con Dios, es él mismo quien se va a manifestar para que los enfermos se sanen, haya liberación y muchas conversiones.

En tu ministerio iras descubriendo poco a poco y con gratitud como Jesús nuestro Señor te usara en todo momento o en el momento de Dios, para llevar alivio y consuelo al que lo necesita. “Habiendo pues recibido de la Fe nuestra justificación, estamos en paz con Dios, por nuestro Señor Jesucristo por quien hemos obtenido mediante la Fe, el acceso a esta gracia en la cual nos hallamos y nos glorificamos en la esperanza de la Gloria de Dios”. (Rom 5,15).
De esta forma entonces nos daremos cuenta de que en verdad pertenecemos a esta gran familia y desde ya nuestra responsabilidad y fidelidad a estos ministerios deben ser grandes.

A través de los Ministerios de Intercesión, Liberación, Predicación y Sanación Jesús sigue sanando.


 “El mismo Dios que dijo: ¡del seno de las tinieblas brille la luz! Ha hecho brillar la luz en nuestros corazones, para irradiar el conocimiento de la gloria de Dios que está en la faz de Cristo. Pero llevamos este tesoro en vasos de barro para que aparezca que la extraordinaria grandeza del poder de Dios y que no viene de nosotros” (2 Cor 4,6).
Todos los ministerios de Intercesión, Sanación, liberación y Predicación deben ir acompañados de Oración, fuerza del Espíritu Santo, Alabanza, gozo, Fe, esperanza y sobre todo mucha unción. “Buscaré la Oveja perdida, tornare la descarriada, curare a la herida y sanare a la enferma” (Ez 34,16)

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