Hace pocos días se celebró la tan esperada Misa mensual de Sanación y liberación realizada en la parroquia de la sagrada Familia en Dale City, Virginia.
Miles de personas se congregaron una vez más para dar Fe sin importarles las bajas temperaturas y los avisos de tormenta de nieve que anunciaban en los medios de comunicación.
Personas de diferente parroquia y de estados cercanos se
dieron cita para participar en esta misa por los enfermos y compartir con otras
personas la Eucaristía, la alabanza y la adoración en este tiempo de cuaresma.
El celebrante principal fue el padre José Eugenio Hoyos
asesor de la Renovación Católica Carismática de la Diócesis de Arlington,
acompañado del padre Mateo Deforest y
los ministerios de Sanación, Intercesión y Liberación.
La Iglesia estaba completamente llena y sentía la fuerza del Espíritu
Santo entre las plegarias y alabanzas de los asistentes.
El Padre Jose Eugenio Hoyos pidió a los asistentes que
compartieran sus testimonios de Sanación y Liberación.
Hubo poderosos testimonios de sanación de ceguera, cáncer de
ovarios y de senos, alergias, tumores y dolores de espalda. Pero uno de los
testimonios que más llamo la atención fue el de una señora que había venido a varias
Misas de Sanación. Pero no creía que con la imposición de manos la gente
recibiera Sanación y en su mente decía que no creía que en las misas de sanación.
En esos días su madre se enfermó gravemente y fue llevada de
emergencia al hospital los médicos le confirmaron que por su avanzada edad y su
situación médica se prepararan para aceptar su partida, incluso uno de sus
hermanos la llamo y le dijo: si quieres ver a mamá viva por última vez debes
venir ahora!
Esta mujer todavía llena de dudas fue a orar ante el santísimo y dijo: “Señor si de verdad las misas de Sanación son reales Sana a mi madre que está agonizando. Regreso a su hogar y a los tres días su madre estaba de vuelta en su casa y para sorpresa de los médicos , familiares y amigos se está recuperando rápidamente...
La mujer dijo: “Ahora estoy más convencida de que cada Misa de sanación es real, Dios está vivo” Perdón por mi falta de Fe y por no creer en cada Eucaristía
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