Cada movimiento de la Iglesia Católica es fundamental para ayudar a mover la nueva Evangelización pero la Renovación Carismática juega un papel mucho más importante por su dinamismo y el desempeño de los dones y carismas de cada creyente.
Pues dentro de la Renovación Carismática el creyente está llamado a vivir a plenitud la corriente arrolladora que da el Espíritu Santo. Pues vivir según el espíritu Santo, es vivir los criterios y perspectivas de Dios.
Del costado y la sangre de Cristo nace la Espiritualidad de
la RCC pues es allí donde entendemos el sacrificio, la perseverancia, el
sometimiento, el amor a Cristo.
Es en las llagas y en la sangre donde somos sanados y
liberados por Dios padre.El señorío de Jesús nos da la fortaleza y ejemplo para atraer las ovejas a que conozcan el reino de Dios. La experiencia Carismática verdadera se inicia con el Pentecostés que para “los nuevos convertidos” es el comienzo a una nueva vida.
Otra fuente sanadora y liberadora es la adoración al Santísimo Sacramento, allí hemos experimentado grandes sanaciones, conversiones y liberaciones.
Las otras fuentes donde se alimenta la Espiritualidad carismática
son:
1.-La Oración comunitaria y personal, tanto de alabanza como
de perdón y agradecimiento.
2.-Las Sagradas escrituras, pues a través de ellas conocemos
los designios de Dios y nos fortalece la fe.
3.-Los Sacramentos, Cuando los Carismáticos son asiduos a los
Sacramentos en especial la reconciliación y la Eucaristía, seremos fuertes al
desgano y a las tentaciones.
4.-La caridad es fundamental para mantener unida a la
comunidad y a la Iglesia.
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