viernes, abril 25, 2014

Fuente Sanadora y liberadora de la renovación Carismática.

Por José Eugenio Hoyos.

Cada movimiento de la Iglesia Católica es fundamental para ayudar a mover la nueva Evangelización pero la Renovación Carismática juega un papel mucho más importante por su dinamismo y el desempeño de los dones y carismas de cada creyente.
Pues dentro de la Renovación Carismática el creyente está llamado a vivir a plenitud la corriente arrolladora que da el Espíritu Santo. Pues vivir según el espíritu Santo, es vivir los criterios y perspectivas de Dios.

Del costado y la sangre de Cristo nace la Espiritualidad de la RCC pues es allí donde entendemos el sacrificio, la perseverancia, el sometimiento, el amor a Cristo.
Es en las llagas y en la sangre donde somos sanados y liberados por Dios padre.


El señorío de  Jesús nos da la fortaleza y ejemplo para atraer las ovejas a que conozcan el reino de Dios. La experiencia Carismática verdadera se inicia con el Pentecostés que para “los nuevos convertidos” es el comienzo a una nueva vida.
Otra fuente sanadora y liberadora es la adoración al Santísimo Sacramento, allí hemos experimentado grandes sanaciones, conversiones y liberaciones.

Las otras fuentes donde se alimenta la Espiritualidad carismática son:
1.-La Oración comunitaria y personal, tanto de alabanza como de perdón y agradecimiento.

2.-Las Sagradas escrituras, pues a través de ellas conocemos los designios de Dios y nos fortalece la fe.
3.-Los Sacramentos, Cuando los Carismáticos son asiduos a los Sacramentos en especial la reconciliación y la Eucaristía, seremos fuertes al desgano y a las tentaciones.

4.-La caridad es fundamental para mantener unida a la comunidad y a la Iglesia.

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