jueves, octubre 23, 2014

Sanación Carisma y don de Fe.

Por Rev. José Eugenio Hoyos.


Al reflexionar en las Sagradas escrituras se nos confirma una vez más de que el poder de Cristo sobre la enfermedad, un espíritu demoniaco, una depresión, un cáncer; la cura cuando se cree en Cristo es efectiva e infinita.
“Tengan Fe en Dios. Les aseguro que él que diga a este cerro: Levántate de ahí y tírate al mar y no dude en su corazón sino que crea que sucederá lo que dice; lograra lo que pide” (Marcos 11-23).

El Carisma o don de fe, está precisamente en que este último conlleva la plenitud de la Fe y esta plenitud de la Fe no se concede a todos los miembros de la comunidad Cristiana sino a aquellos a los que Cristo eligió para un Ministerio especifico, en nuestro caso para orar con confianza y sin reservas interiores por los enfermos.


En el Ministerio de sanación si bien la fe del que ora es importante, en última instancia la Fe que sana, libera y fortalece es la Fe en el poder de Dios.

Por Ejemplo cuando Oro por los enfermos yo no creo en mi Fe sino en mi Dios y en su poder sanador. Creo en la fidelidad de mi Dios que ha prometido escuchar la Oración  humilde, sencilla, confiada y perseverante. ¡Dios es fiel y cumple sus promesas!
Creo en el poder de mi Dios, para quien todo es posible. ¡Dios todo lo puede!


Pudo sanar a los paralíticos y a los leprosos; pudo devolver la vista a los ciegos y la audición a los sordos; pudo resucitar a los muertos y ¿No va a poder sanar a este enfermo por quien yo estoy Orando?  Dios todo lo puede! Pensar lo contrario  sería delimitar todo su poder sanador y liberador infinito. Esta Fe así descrita, no es otra cosa que un apoyarse enteramente en Dios.

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