El Padre José Eugenio Hoyos en una de sus últimas
predicaciones nos decía: La Santa Eucaristía es el Sacramento más poderoso que
nos brinda sanidad y libera todo tipo de fuerzas negativas contaminadas con el
pecado.
Todos los Sacramentos son una participación de la vida de
Dios. El Sacramento de la Eucaristía y la adoración al Santísimo son como respuestas
de Fe. La del centurión: “Una palabra tuya bastara para sanarme”. La palabra de
Cristo Jesús tiene un poder absoluto para sanar, ¿Por qué dudamos de que la Sanación
de un enfermo se realice cuando entra en contacto personal con Jesús, físicamente
presente de su cuerpo y de su sangre? Gracias al milagro de la
transubstansacion Cristo se hace presente en nuestro corazón.
Por ejemplo estamos experimentando que en las horas Santas,
en la Adoración a Jesús Sacramentado está presente el poder sanador y liberador de Cristo.
Hay que acercarnos con Fe y creyendo en esa Sanación, debemos
esperar con confianza, Orar con perseverancia y humildad hasta hacer salir de Jesús
ese flujo y ese poder que cura nuestros males y enfermedades.
En nuestros grupos de Oración Carismáticos por ejemplo se
oyen con frecuencia testimonios poderosos de cómo el señor Jesús obró en sus
vidas a través de la Eucaristía y cómo
los sanó física y espiritualmente.
Hay que dejarse iluminar por la fuerza del Espíritu Santo
para redescubrir la riqueza sanadora de este Sacramento misericordioso que vino
directamente del amor de Cristo.
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