miércoles, noviembre 19, 2014

Gracias Señor por la renovación Carismática.

Por Rev. José Eugenio Hoyos.


Recientemente en uno de los grandes congresos Carismáticos les decía a los miles de asistentes que hay que darle gracias a Dios todos los días por habernos regalado esta gran fuente de gracia: “La Renovación Carismática” pues nos ha ayudado a valorar los carismas del Espíritu Santo y en especial los extraordinarios.
El Carismático hoy en día tiene una gran responsabilidad y un papel protagónico muy importante que es  desarrollar en la nueva Evangelización.

La humildad y la perseverancia en la Oración juegan un papel primordial para que podamos abrirnos a los muchos dones que Cristo tiene para nosotros.

 
Debemos desearlos, aspirar a ellos y disponernos a ellos ¿Cómo vamos a rechazar un regalo que viene de Dios? Después de todo Dios lo da para la edificación de su mismo reino: “Si el Señor no construye la casa; de nada sirve que trabajen los  constructores” (Salmo 127,1).

Por Ejemplo Los ministerios de Predicación, Sanación, Liberación e Intercesión son servicios que rendimos a los demás usando los dones que Dios nos ha dado y prestado.


Desafortunadamente muchos servidores ven sus ministerios como “Puestos” y han terminado enamorándose más de los puestos y los títulos, que el dador de ellos: “Cristo Jesús”.
“Todos los días se reúnen en el templo y en las casas parten el pan y comen juntos con alegría y sencillez de corazón. Alaban a Dios y eran estimados por todos. Y cada día el Señor hacia crecer la comunidad con el número de los que iba llamando a la Salvación. (Hechos 2,46)

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