Muchas personas se sorprenden cuando asisten por primera vez a la Misa de Sanación; a una Adoración Eucarística o a un Congreso Carismático y escucha las alabanzas Carismáticas.
Lo primero que se preguntan es ¿Esta es la iglesia Católica o me equivoqué? Y la respuesta es pues no se equivocó esta es la iglesia Católica fundada por Jesucristo y nacida el día de Pentecostés.
Y la música que escuchamos es la gran
fiesta, la celebración de que Cristo está vivo y ha resucitado. Las Alabanzas Carismáticas
son una parte integral de la Renovación Carismática llena de gozos y que contiene
poderosos efectos de Sanación y Liberación.
No se debe ver esta música simplemente como un tiempo de entretenimiento
y pasar un rato alegre. El canto es uno de los medios más efectivos para
expresar la adoración, la acción de gracias y la alabanza en la comunidad.
La Alabanza para que realmente sea Oración
debe ser expresada con el corazón, con una pureza de motivaciones que sean la más
pura alabanza. Todo show, todo exhibicionismo y satisfacción propia destruye el
fin del contenido religioso.
Los integrantes de un Ministerio de
alabanza carismático deben ser personas que hayan hecho el seminario de vida en
el Espíritu y que sepan que es la cultura de Pentecostés y sean perseverantes
en la Oración.
Demos lugar al Canto inspirado; este
es un “canto espontaneo donde Dios usa a una persona que con una letra o melodía
sencilla va envolviendo suavemente a los demás en la Oración a Dios. Después de
este canto inspirado normalmente surgen las Profecías.
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