En muchos congresos nacionales e internacionales de la renovación Católica Carismática se les está pidiendo a los asistentes ser parte de la cultura Carismática primero conociendo y viviendo la Espiritualidad tan rica en dones y carismas; segundo siendo promotores y multiplicadores de la nueva cultura de Pentecostés.
Asiduos en la Oración, la alabanza y convirtiéndose en verdaderos adoradores del Santísimo Sacramento. El verdadero Apóstol de Cristo debe estar lleno del Espíritu Santo y no solo debe guardar la Fe y vivir de ella sino también profesarla, testimoniarla para confesar a Cristo ante los hombres y a seguirle por el camino de la cruz en medio de las persecuciones que nunca faltan a la Iglesia (L G 42).
El servicio y el testimonio de la Fe
son requeridos para la salvación: “Todo aquel que se declare por mi ante los
hombres, yo también me declararé por él ante mi Padre, que está en los cielos”
(Mateo 10: 32-33).
Esta es la confesión de Fe que el señor nos
pide, somos servidores y discípulos del señor para proclamar sus grandezas como
lo ha hecho la virgen Maria. “No cree verdaderamente sino quien en su hogar,
pone en práctica lo que cree. Por eso a propósito de aquellos que de la Fe no poseen
más que palabras, dice San Pablo: “Profesan conocer a Dios, pero lo niegan con
las obras”.Por eso urge recuperar nuestra identidad Carismática en todo lugar, no darnos pena ni vergüenza de expresar nuestro amor ante la Trinidad santa. Padre, Hijo y Espíritu Santo. Somos o No somos Carismáticos 100%.
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