lunes, noviembre 17, 2014

Un discípulo Carismático debe testimoniar su Fe.

Por Rev. José Eugenio Hoyos.


En muchos congresos nacionales e internacionales de la renovación Católica Carismática se les está pidiendo a los asistentes ser parte de la cultura Carismática primero conociendo y viviendo la Espiritualidad tan rica en dones y carismas; segundo siendo promotores y multiplicadores de la nueva cultura de Pentecostés.
Asiduos en la Oración, la alabanza y convirtiéndose en verdaderos adoradores del Santísimo Sacramento. El verdadero Apóstol de Cristo debe estar lleno del Espíritu Santo y no solo debe guardar la Fe y vivir de ella sino también profesarla, testimoniarla para confesar a Cristo ante los hombres y a seguirle por el camino de la cruz en medio de las persecuciones que nunca faltan a la Iglesia (L G 42).


El servicio y el testimonio de la Fe son requeridos para la salvación: “Todo aquel que se declare por mi ante los hombres, yo también me declararé por él ante mi Padre, que está en los cielos” (Mateo 10: 32-33).
 Esta es la confesión de Fe que el señor nos pide, somos servidores y discípulos del señor para proclamar sus grandezas como lo ha hecho la virgen Maria. “No cree verdaderamente sino quien en su hogar, pone en práctica lo que cree. Por eso a propósito de aquellos que de la Fe no poseen más que palabras, dice San Pablo: “Profesan conocer a Dios, pero lo niegan con las obras”.


Por eso urge recuperar nuestra identidad Carismática en todo lugar, no darnos pena ni vergüenza de expresar nuestro amor ante la Trinidad santa. Padre, Hijo y Espíritu Santo. Somos o No somos Carismáticos 100%.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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