Por José Eugenio Hoyos
Todos los movimientos existentes en la Iglesia son un
verdadero tesoro, una gran riqueza y la diversidad de sus carismas fortalecen más
nuestra fe. Cada movimiento eclesial como los Cursillos de Cristiandad, la Legión
de María, Encuentros Matrimoniales y la Renovación Carismática Católica son
motores en la Iglesia que ayudan e invitan a la conversión, al cambio de vida y
a mejorar y entender nuestra espiritualidad.
Por ejemplo, los grupos de oración carismáticos deben ser un
ejemplo en la perseverancia, en la oración y en la alabanza. La perseverancia
y la constancia son la clave para ver los verdaderos frutos donde
otros se han quedado en la mitad del camino y con gran dificultad les ha
costado acercarse a Cristo Jesús. Hebreos 10: 32-39 nos dice: “Pero traed a la memoria los días pasados,
en los cuales, después de haber sido iluminados, sostuvisteis gran combate de padecimientos,
por una parte, ciertamente con vituperios y tribulaciones fuisteis hecho espectáculo,
y por otra, llegasteis hacer compañeros de los que estaban en una situación semejante…”.
En nuestra vida espiritual algunos llegan a la mitad del
camino, unos dan un solo paso y retroceden o caen, otros llegan hasta la mitad
del camino y otros cuando son perseverantes y siguen la mirada de Cristo, sobrepasan
cualquier obstáculo o problema que se les presente en la vida. Cuando somos
perseverantes en la oración vemos brillar el rostro de Cristo que siempre tendrá
sus manos poderosas para levantar todos los que siguen en fe y perseveran en la
oración.
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