El júbilo de los Católicos y la alegría
de pertenecer al movimiento de la renovación Católica Carismática se siente con
fuerza en cada Misa de Sanación, en las predicaciones de los laicos y Sacerdotes
Carismáticos, en los diferentes eventos y congresos del Espíritu Santo al
escuchar las multitudes decir con entusiasmo: “Gloria a Dios”, “Aleluya”,”
Amen”.
Anteriormente no se nos permitía en
nuestras Iglesias ni aplaudir, ni decir Amen, ni Aleluyas pues era una de las características
de los grupos protestantes; pero en algunas Iglesias han cambiado el gloria a
Dios es para dar el primer lugar, el sitio de honor al Santo de los Santos y
rey de reyes: Cristo.El Amen significa: así sea, creo en tu palabra señor.
El Aleluya: Para declarar que Cristo está vivo y ha resucitado dentro de su pueblo.
El decir Amen, Gloria a Dios o Aleluya;
no es que te hayas cambiado de creencia o de Religión todo lo contrario eso
significa que eres un Católico que cree en el poder Sanador y liberador de las Sagradas
Escrituras y que eres movido por el poder del Espíritu Santo.
Damos gloria a Dios, en la medida en
que nos enriquecemos, nos mejoramos, nos convertimos, cambiamos, nos renovamos
y sobre todo nos acercamos más a Dios y nos llenamos totalmente de Él.
El buen hombre glorifica a Dios. Dar
gloria a Dios no exige fastidiarse, exige enriquecerse llenarse.
Recuerda hermano que la Gloria y El
Amen de Dios corren parejos.
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