miércoles, febrero 04, 2015

El Ministerio de Sanación en equipo produce frutos.

Por Rev. José Eugenio Hoyos.


Mientras Jesús realizaba prodigios, Sanaciones y liberaciones e innumerables Milagros, los discípulos y el pueblo que lo acompañaban estaban en Oración e intercediendo a Dios.
No somos nosotros los que sanamos, somos canales de ese amor y de esa compasión que el mismo Cristo realiza sobre los que piden Sanación. Él se vale de nuestra colaboración, su poder y su gran amor actúan a través de los Ministerios de Sanación e Intersesecion. “Solo para Dios debe ser la honra y la gloria”.

Hay que recordarles a los grupos de Oración que el Ministerio de Sanación no desprecia la acción médica, ni científica, ni prescinde de ella. El capítulo 38 del libro del Eclesiástico honra a la persona y la profesión del médico, pero nos recuerda que toda Sanación proviene directamente de Dios.


Estos Ministerios de Sanación, Intercesión y Liberación se desempeña mejor por un equipo acompañado de formación Bíblica; Espiritual y de acompañamiento Pastoral. Ya que en el trabajo en equipo hay un desbordamiento de carismas y dones y se evita el peligro del orgullo, pues nadie puede afirmar que fue  el instrumento exclusivo de Jesús.
Toda curación y Milagro se efectúa en un ámbito de profunda Fe como aparece en el Evangelio. El Ministerio de Sanación se ejerce por medio de la Oración de sanación.

Oramos al Padre por Cristo que glorifique a su hijo por medio de esta Sanación. Por eso la Sanación  le pertenece a Cristo.
El mejor servidor dentro del Ministerio de Sanación será aquel que experimente más profundamente el amor de Dios y el que esté convencido de que Cristo es el que sana.

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