Estamos
viendo un fuerte renacer en la Iglesia por el apoyo que le están dando los
Grupos de Oración de la Renovación Católica Carismática a nivel mundial. La
Iglesia empieza a mostrar su nuevo ardor en la actividad fogosa de los millones
de Carismáticos que se unen con fuerza en la oración, en la invocación del Espíritu
Santo, en las alabanzas que llevan al cambió a la conversión y al encuentro
personal con Cristo.
Obispos,
Sacerdotes, Diáconos, y religiosos están colaborando con sus enseñanzas,
talleres, retiros para que esta corriente de gracia la RCC pueda recibir una formación
adecuada.
La RCC
tiene una espiritualidad muy rica en tradición, en valores, y en una doctrina
clara de lo que es la Iglesia Católica.
Nuestro
Santo Juan Pablo II nos recuerda: “Sin Espíritu y practica permanente de la
oración no hay renovación ni cambio de la persona, ni tampoco de la sociedad.”
Los Sacerdotes son Carismáticos como todo el pueblo desde el bautismo, pues en
ese momento de iniciación Cristiana el mismo Cristo siembra en sus corazones
los Dones y Carisma.
Los
Sacerdotes han recibido el don ministerial y la misión de llevar la buena nueva
a todo el mundo. Somos otros “Cristos” por nuestra vocación, nuestra misión, y
nuestros dones.
Desde
Pentecostés la misma Virgen María nos invita a no tener miedo de recibir y
proclamar con Poder el Espíritu Santo. Desde nuestros pulpitos invitemos a nuestros
feligreses a prepararnos en oración a vivir con alegría la Nueva cultura de Pentecostés
y a participar con gozo y fuego la Nueva Cultura del Espíritu Santo.
Necesita
la Iglesia más Sacerdotes y laicos que predican y anuncien a un Cristo vivo y
resucitado.
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