Por José
Eugenio Hoyos
Los Carismáticos
en todo el mundo estamos viviendo y experimentando con gran jubileo y alegría
el Jubileo de la Misericordia en todas nuestras parroquias, grupos de oración,
y sobre todo en nuestros eventos espirituales.
La fuente
de la espiritualidad Carismática tiene su origen en la Misericordia de Dios, en
el Cristo resucitado donde pudimos experimentar que de su costado herido broto
la corriente de gracia guiada por el Espíritu Santo sanador y liberador del
hombre.
La misericordia
de Dios nos da este año la posibilidad de prepararnos en los grupos de oración desarrollando
las obras de Misericordia corporales y espirituales.
En el
2017 los Carismáticos estaremos celebrando los 50 años de nacimiento de nuestra
corriente espiritual que se ha convertido en el gran motor transformador de los
Católicos comprometidos con fuerza en la iglesia Católica.
Cada
Carismático tiene como misión principal salir a evangelizar con ardor,
proclamar la cultura de Pentecostés y ser un agente multiplicador y activo de
la Nueva Evangelización.
Nuestro
mundo perturbado tiene necesidad urgente de mostrar a la humanidad a un Cristo
vivo, todas sus enseñanzas, junto con la paz y el perdón que el trae a nuestras
vidas.
Como
escribió San Pablo, Pero, ¿Cómo invocarlo sin creer en El? ¿Y cómo creer, sin
haber oído hablar de Él? ¿Y cómo oír hablar de Él, si nadie los predica? Pues
es aquí donde comienza la misión y la celebración de nuestro Jubileo de la Renovación
Carismática Católica.
Por eso
cada Carismático con nuestros testimonios y ejemplos de fe y en oración
ayudemos a encender el fuego de la esperanza y de la liberación.
Nos dice
Jesús: “Yo he venido a traer fuego sobre la tierra ¡Y como desearía que ya
estuviera ardiendo.”
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