Por José Eugenio Hoyos
La Renovación Carismática Católica como corriente de gracia
ha formado un gran sunami espiritual a millones de Cristianos en el mundo
entero.
Cada vez son más y más las personas que en la RCC tienen una conversión
y un encuentro personal y maravilloso con nuestro Señor Jesucristo.
Este “Sunami Carismático” ha llegado acompañado del RUAH (Soplo
de Dios) a cambiar, limpiar, transformar y dejar en cada grupo de oración,
asambleas, eventos o Congresos Carismáticos una gran lluvia de bendiciones.
El Espíritu Santo cada vez nos está demostrando que tenemos un
Dios amoroso, un Cristo misericordioso y una Iglesia Santificante.
Este “Sunami Carismático” se siente en el gozo de las
alabanzas, en la fuerza de la oración, su caudal arrollador se mueve a través de
los diferentes carismas y en los dones puestos al servicio de la comunidad y de
los más necesitados. La RCC necesita con urgencia vivir nuestra fe en unidad,
amor y fraternidad, somos los discípulos y guerreros espirituales del siglo
XXI.
Cada Carismático debe mostrarle al mundo que tan buena y
alegre es nuestra relación con Cristo y de su Iglesia. “Todos los Carismáticos debemos
preguntarnos si estamos trabajando con entusiasmo en la Nueva Evangelización que
tan sincero es nuestro sometimiento a los pastores y jerarquía de la Iglesia.
Pues nuestra obediencia, alegría, fe y testimonios a traen más gente a los pies
de Cristo. En cada sanación, conversión, unción y liberación vivimos y sentimos
un “Sunami Carismático” pues estamos Bendecidos, Encendidos, Sanados y en
Victoria!!
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