jueves, agosto 07, 2008

Predicador para todos los tiempos

Por el Padre José E. Hoyos
Arlington Catholic Herald
7 de agosto de 2008

Este fin de semana, tuvimos la oportunidad de participar en el retiro anual esperado por la comunidad Latinoamericana con el predicador internacional Salvador Gómez, de origen salvadoreño.

A pesar de las altas temperaturas y del calor humano, cerca de 2.000 personas colmaron las instalaciones del colegio católico Bishop Denis O’Connell, localizado en el corazón del condado de Arlington. Los coordinadores de los grupos de la Renovación Católica Carismática de la Diócesis de Arlington y público en general el viernes antes del retiro también llenaron las instalaciones del gimnasio principal de la Iglesia de San Antonio de Padua en Falls Church para escuchar una charla con el tema “Víctimas y Profetas”.



Para los organizadores este ha sido uno de los eventos multitudinarios en gran escala, antes nunca visto, realizado dentro de la Diócesis de Arlington. El predicador Salvador Gómez ya conocido en el área cada vez atrae más público, pues sus enseñanzas y predicas son directamente relacionadas con el Catecismo de la Iglesia Católica, las Sagradas Escrituras, las encíclicas, y sobre todo dan a conocer el documento de Aparecida (en Brasil) donde los Obispos se reunieron para conocer la situación de la Iglesia en el mundo latinoamericano.

A través de la conclusión del documento de Aparecida aprobado por el Papa Benedicto XVI, nos trae palabras de esperanza, y dice que la alegría la hemos recibido con el encuentro de Jesucristo, cuando reconocemos que Él es el verdadero Hijo de Dios y que a través de Él todos los hijos heridos por todas las adversidades y que están al borde de los caminos pidiendo limosnas, encontrarán paz y bienestar en las manos de Jesús.

El día sábado y domingo la mayoría de las prédicas espirituales llenaron el vacío y contestaron muchas de las preguntas acerca de la Iglesia Católica y de algunos misterios, sobre todo la muerte y la resurrección.

Igualmente se inculcó sobre el compromiso de los laicos, del papel importante que tienen de participar en la evangelización de la Iglesia. El profeta no es un poeta, es un intérprete de la Palabra de Dios, dándoles confianza a los nuevos creyentes del amor de Dios. Estamos llamados en este mundo a ser profetas para una nueva evangelización, debemos mostrar nuestra cara a Dios, tener una comunicación directa con Dios.

Cuando la Virgen María se dio cuenta que en la Boda de Caná de Galilea faltaba el vino, ella fue a hablar con Él que puede resolver el problema. Fue cara a cara con su hijo Jesucristo y por eso fue que allí nació el primer milagro. La luz de los profetas que son candeleros, lleva la luz de Cristo para iluminar a la humanidad con seguridad.



Y finalmente observamos una gran organización y un gran trabajo de equipo de todos los grupos de la Renovación Católica Carismática, que gracias a su trabajo este evento espiritual ha sido todo un éxito. Una vez más los grupos de oración nos están enseñando a desempeñar el servicio con unidad, gozo, alegría y disciplina.

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