Por el Rev. José Eugenio Hoyos
Este fin de semana en varios lugares del mundo estaremos celebrando con mucha alegría el Día de la Madre. En cierta ocasión, un grupo de mujeres reunidas una tarde tomando café, presumían un poco de sus logros profesionales. Una hablaba de la maestría que estaba sacando, otra del puesto en una compañía importante, otra de su propio negocio y así todas fueron hablando de sus ascensos y logros.
Entre el grupo había una señora muy callada a la que le preguntaron a que se dedicaba; ella con un tono de vergüenza respondió que se dedicaba al hogar, era ama de casa. Una psicóloga que estaba presente salió inmediatamente en su defensa y dijo: “¿Qué sería de este mundo si se hubieran extinguido esas valientes madres de familia?”. Y le recordó que la empresa de la que ella era presidente, gerente y operaria jamás se podría igualar. Una madre en el único lugar que es instituible es en su propio hogar.
Lo impresionante de tu madre es que aunque realiza tantas funciones a la vez, nunca parece estar agotada, porque el combustible que la impulsa es una dosis de amor, ternura, alegría y satisfacción en cada acción que ejecuta. La fuente de energía inagotable de tu madre es su gran amor. En ella cobra vida y verdad la inigualable expresión de San Pablo: “el amor no pasa nunca” (1 Cor 13,8).
¿Es o fue tu madre de condición humilde o de clase alta, estudiada o no, de color mestizo, indio, negra o blanca, con estirpe de líder o de timidez? Nada de eso importa, los moldes y etiquetas son colocados por ti que eres limitado, pero las características inimitables de tu madre se las ha impreso el autor de la vida misma y por eso ella, fuere lo que fuere, es la mejor madre. Las manos de tu madre son bendecidas, pues siempre buscan cobijarte, alimentarte, consolarte, acariciarte, mimarte, animarte, amarte, salvarte y todo este cúmulo de bondad expresado en las manos de tu madre, que es la expresión de su corazón, te han de motivar a respetarla y honrarla siempre, quien se dispone a valorar y respetar a su madre con veracidad y justicia, está muy cerca de comprender el amor de Dios que es Padre y sobre todo Madre.
¡Feliz Día de la Madre! Cuidémoslas, recordemos es el tesoro más grande que tenemos.
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