Por el Rev. José Eugenio Hoyos
Arlington Catholic Herald
16 de julio de 2009
Hoy más que nunca nuestra Iglesia, las familias y la sociedad deben saber el lenguaje y las técnicas que nuestros jóvenes están utilizando para comunicarse entre ellos. Nuestra Iglesia no se ha quedado atrás, también nosotros estamos siguiendo los pasos de los jóvenes, aprendiendo de ellos para que a través de un Internet sano podamos dirigir a los jóvenes a Cristo. Los jóvenes de esta generación dan la impresión que nacieron para “clickear”.
Anteriormente se comunicaban por el teléfono, se informaban por los periódicos, las revistas o por la televisión. Hoy en día hay que estar atento pues el joven es bien listo y ágil con su iPhone, iPod, Facebook, myspace, gmail, sus Mac, etc. Si Dios ha puesto esta tecnología en nuestras manso hay que aprovecharla para dar mensajes bíblicos, defensa de la vida, optimismo, sacramentos, historias de la Iglesia católica, hablar de las encíclicas y todo lo bello que hay en nuestra Iglesia. Que importante seria que los jóvenes utilizaran el Internet para enseñar a otros jóvenes a rezar el Santo Rosario, la novena de la Divina Misericordia, aprender otro idioma, o colaborar con una misión diocesana.
Dios en su gran sabiduría ha abierto a la juventud con los computadores unas grandes puertas y ventanas para que propaguemos el mensaje de salvación. En el Apostolado Hispano hemos comenzado con el programa “Proyecto Cibernético Católico” con el fin de concientizar al público de utilizar responsablemente en Internet con fines evangelizadores y libres de la pornografía y de los peligros que esto puede traer a la juventud. Le ruego a Dios que el Internet no se convierta en una droga cibernética para la juventud de hoy en día.
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