Por el Rev. José Eugenio Hoyos
Gracias a nuestra fe entendemos que Dios es un Dios de infinita compasión, que no olvida ni desampara a nadie. Desde las Sagradas Escrituras encontramos que Dios siempre ha estado con los enfermos y los débiles en el mundo. La gente siempre se ha maravillado de los milagros y sanaciones de Cristo Jesús, sobretodo, al ver que los mudos hablaban, que los mancos quedaban sanos. La gente empezaba a hablar, a caminar. Que más puede hacer quien descubre un sentido de la vida que es mucho más que recobrar simplemente un sentido de lo físico o una posibilidad física. Estas herido? Tienes historias tristes? Acércate al Señor.
Muy simple no tienes nada que hacer para acercarte al Señor, nada mas que acercarte ponerte pequeño y real. No escondas la desgracia. Esa desgracia es necesario ser reconocida y no tengas miedo de la humillación porque ante Jesús no hay necesidad de humillaciones. Si aceptas ser lo que eres El se encarga de que haya una respuesta y una luz y una palabra liberadora para ese aspecto y toda tu persona.
Para encontrar a Dios no hay que ascender, sino descender lo más bajo posible. Dios se encarno en los excluidos y abandonados de este mundo. Se identifico con todos los crucificados de la tierra. Dios se sigue quejando en el llanto de un niño abandonando, en la soledad de una mujer engañada, en el dolor de un obrero que no consigue trabajo. Dios esta en lo mas débil y despreciable (en los mendigos, en las prostitutas, en los encarcelados etc.). Para seguir a Jesús, hay que mirar hacia abajo. Por eso, si quieres encontrar al Dios de Jesús, bájate de tus títulos, de tu poder, de tu supuesta superioridad. Para encontrarnos con Dios, necesitamos con urgencia desarrollar un corazón compasivo, una fina sensibilidad, una actitud misericordiosa. Necesitamos cultivar la ternura, la bondad, la compasión y sobre todo regar y sembrar semillas de los valores para concientizar a todos de que hay leyes espirituales y divinas que gobiernan el universo y sobre todo nuestras vidas.
El escritor José María Peman dice: “el hombre es un ser complejo y no un ser de laboratorio, químicamente puro o impuro. Soy luz y barro del suelo. Soy el polvo y el anhelo puestos en continua guerra. Soy un poquito de tierra que tiene afanes de cielo.” Los juglares gozan de mas penetración que los moralistas, y saben que todos somos una mezcla de luz y de lodo.
Foto: Hno. Damiano, un fraile franciscano, brinda ayuda a una familia necesitada en Honduras
1 comentario:
¡Ay Pemán, Pemán! Me recuerda mi infancia televisiva. Un personaje frecuente en la pantalla en blanco y negro de aquellos tiempos, del canal 1 de TVE, el único canal que existía y en el cual solo aparecián aquellos artistas o intelectuales que eran amigos y simpatizantes del régimen dictatorial del Caudillo Franco.
Con poemas asi:
Dios estaba en un trono
y los ángeles que están junto a su silla miran a Dios... y piensan en España.
No es de extrañar.
Memorias a parte, bello escrito Padre.
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