jueves, septiembre 13, 2012

La unidad familiar es clave en el año de La Fe.

Por Rev. José Eugenio Hoyos.
Las familias Hispanas en la Diócesis de Arlington se han empezado a preparar Espiritualmente en Oración, frecuentando los Sacramentos, asistiendo a Retiros, Horas Santas, Vigilias y dedicando tiempo al Altísimo.
A petición de nuestro Pontífice Benedicto XVI este próximo 11 de Octubre se abrirá una nueva puerta para acercarnos y seguir mas a Cristo, pero para que esto suceda lo tendremos que hacer unidos en familia Orando juntos y compartiendo mas nuestra Fe Católica como regalo de Dios. El núcleo donde aprendemos a vivir el amor y donde eres amado es precisamente la familia que es a su vez el ámbito por excelencia donde eres querido por lo que eres y no por lo que tienes; es el lugar mas adecuado para empezar a explorar una vida en sus diferentes facetas: Fe, personal, social, comunitaria y solidaria.
La humanidad, en el siglo XXI después de Cristo, cuando ha colocado la familia como el valor central de la sociedad, podemos decir que ha disfrutado en gran medida de paz, estabilidad; esa paz es urgente en el anuncio de Cristo (Mc 10,5) que es una necesidad impostergable de nuestro mundo y una paz que no es posible sin una vida interior y disciplinada, sin unas relaciones armónicas con Dios y sin unas relaciones a su vez sanas y de respeto con los demás.
Sin embargo, cuando las sociedades han intentado socavar los valores intrínsecos de la familia con valores falseados, entonces han sufrido retrocesos lamentables. Entre los valores intrínsecos, victimas del desplazamiento por “Valores Falseados” están: La vida por el aborto; las relaciones naturales por los anticonceptivos abortivos.
La autoridad de los padres por la invasión de un psicologismo que da prestancia al libre albedrio de los hijos e hijas.
El matrimonio del hombre y la mujer por la unión de homosexuales y lesbianas.
El sentido del trabajo y de la honestidad por una vida fácil sin pronunciados compromisos y un bienestar sin límites.
Una cultura de corrupción generalizada en la que se añade una cruel dosis de violencia domestica y extra-domestica, así como la manipulación de la comunicación empujando a una esclavitud de consumismo.
En el año de la Fe la familia jugará un papel importante así como una Iglesia Domestica consagrada a Dios.

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