Escuchaba el otro día a un hermano de la Iglesia separada en una de sus enseñanzas a través de un video en el popular sitio web “YouTube” hablar mal de la Santísima Trinidad. Él decía que era todo un invento del hombre porque la Santísima Trinidad no existía en la Biblia. Por favor Señor Predicador Protestante: Enseñe a los creyentes la verdad, vuelva a leer las Sagradas Escrituras y todo el tiempo en cada capitulo de San Juan, San Marcos, San Lucas y San Mateo se mencionan varias veces el Padre, El Hijo y el Espíritu Santo; esas tres personas forman la Santísima Trinidad.
No le voy a dar citas bíblicas porque solo basta con abrir la Biblia y salta la fuerza del Espíritu Santo, se siente el amor del Padre-Dios, y si usted tiene fe queda abrazado por el Hijo-Jesucristo. Tres personas distintas y un solo Dios verdadero. Definitivamente el hombre es un misterio: un misterio a menudo difícil de entender, nos creemos tan sabios y poderosos que queremos cambiar las Sagradas Escrituras y escribir a nuestro acomodo nuestra propia Biblia.
Pero que quien gana y quien pierde? El único que gana aquí es quien sigue fielmente y respetuosamente la Palabra de Dios, quien explica las Sagradas Escrituras evitando cualquier mutilación o tijeretazo. Con capacidad honesta para predicar la Palabra de Dios, con corazones rendidos, corazones quebrantados para que den testimonio que la Palabra de Dios sana y libera. Al entender las Sagradas Escrituras comprenderemos que Dios vive en cada uno de nosotros, que Él es una realidad palpable. Y que Cristo es el Salvador y Redentor del mundo. “Se fiel hasta la muerte” y por la palabra de Dios y por el testimonio de Jesucristo” (Apoc 1:9). En nuestras vidas, Hebreos 12: 1-2 nos dice: “Fijemos nuestra mirada en Jesús en quejen la fe empieza y termina”. Manipular y mutilar las Sagradas Escrituras es manipular y mutilar nuestra fe cristiana. Solamente dale una mirada a Jesús Sacramentado y Él te dará y te enseñara la verdad.
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